Histórico

Corte y Uribe bajaron el tono

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15 de julio de 2008

Prudencia y respeto a la independencia de poderes. Esos parecen ser los principios que regirán de ahora en adelante las relaciones entre el presidente Álvaro Uribe y la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

Por lo menos eso fue lo que aseguraron el ministro del Interior, Fabio Valencia Cossio, y el presidente del alto tribunal, Francisco Javier Ricaurte, luego del encuentro de seis horas entre el Primer Mandatario y los magistrados, la noche del lunes.

Lo que también dejaron claro es que subsisten algunas divergencias, de las cuales se habló en el encuentro. Diferencias que, según habría planteado el presidente Uribe, son de origen político-jurídico y no personal.

Es en este aspecto en el que Daniel Bonilla, jefe del Área de Interés Público, de la facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes, considera que no se puede hacer un análisis tan simple.

Por ejemplo, la situación entre Uribe y el ex presidente de la CSJ, magistrado César Julio Valencia Copete, tomó un carácter personal cuando el Jefe de Estado lo denunció ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara por injuria y calumnia.

Según Valencia Copete, el mandatario lo llamó de Nueva York para consultarle sobre el estado de la investigación que el tribunal adelantaba contra su primo, el ex senador Mario Uribe.

"Hay roces que se han generado por decisiones de la Corte que tocan o tienen relación con personas cercanas al Presidente o a su política de Seguridad Democrática. Es difícil ponerle fin a estas situaciones con un encuentro y menos, de tan corto tiempo", explicó Bonilla.

Eso unido al hecho que esos desacuerdos llevaron a las partes a acudir a instancias como la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes.

Independencia de poderes
En las escuetas declaraciones de Valencia Cossio y Ricaurte, también se hizo alusión a la independencia de poderes.

Este principio, según la Corte, ha sido atacado en varias ocasiones por el presidente Uribe.

Dos de los pulsos más encarnizados se dieron, por un lado, por la sentencia según la cual los paramilitares no podrían ser juzgados por delitos políticos sino por concierto para delinquir, y por el otro, por la condena a Yidis Medina, en la que la CSJ pidió a la Corte Constitucional revisar el acto legislativo que permitió la reelección presidencial.

En ambos casos, Uribe atacó a la CSJ argumentando que tenía derecho a disentir. En el primero, acusó a los magistrados de establecer categorías entre crímenes buenos y crímenes malos. En el segundo, anunció la convocatoria de un referendo para determinar si era necesario repetir las elecciones de 2006.

"El hecho de que haya independencia de poderes no quiere decir que el Ejecutivo se quede callado ante lo que haga el Legislativo o el Judicial y viceversa. De lo que se tiene que partir es del respeto que deben tener las partes", explicó Bonilla.

En este punto, agregó el abogado, es que pueden haberse dado las fallas en la relación. "Algunas declaraciones del Presidente pueden llevar a una desinstitucionalización, lo que puede generar una situación más complicada".

Lejos de los medios
Lo que sí es evidente y tiene un impacto inmediato, indicó Bonilla, es la gestión que viene realizando Valencia Cossio en los términos del manejo de la relación entre las partes.

Y es que los medios de comunicación se habían convertido en el canal de contacto entre el Presidente y la Corte, pues a través de las declaraciones de lado y lado se sabía el impacto que tenían algunas decisiones.

El encuentro del lunes, insistieron Valencia Cossio y Ricaurte, transcurrió en un ambiente cordial en el que primó la franqueza para aclarar situaciones que los habían distanciado. "Parece que están surtiendo los esfuerzos de Valencia Cossio. Por lo menos en lo que a declaraciones públicas se refiere", dijo Bonilla.