Histórico

Costura, un negocio vigente

Ya sea por afición o como forma de vida, la confección y arreglo de prendas es un oficio que sigue creciendo y tecnificándose en Medellín.

03 de abril de 2014

Con el crecimiento de la industria textil y la llegada de prendas importadas, el mercado de los sastres tradicionales se vio reducido.

Sin embargo, dedicarse a reformar prendas y a la confección en gran escala aún es un negocio rentable en Medellín.

"Desde hace 15 años, la gente dejó de mandar a hacer la ropa, eso es algo muy escaso. Lo que mantiene vivo este negocio son las reformas. Botas, cierres, ruedos, cinturas, etc.", relata Alonso Hincapié, sastre del barrio Belén.

Las modistas son personajes infaltables en los barrios. Incluso, muchas han crecido sus negocios y también tercerizan para grandes compañías.

La Twittercrónica de esta semana se adentró en el mundo de la costura y la confección en Medellín, y encontró que aún es una industria vigente.

"En la ciudad hay muchas familias que viven de la costura. Es una forma que las mujeres encontraron para trabajar independientes y sobrevivir", explica Adiela Duque, propietaria de Casa Singer, distribuidora que vende y repara equipos de confección.

En el recorrido nos encontramos con aprendices buscando hilos y botones para clase. También muchas mujeres con experticia costurera.

En lo que coincidieron nuestros lectores, a través de Twitter, es que quienes se dedican a este oficio son quienes más los "desvaran" cuando de arreglos a la ropa se trata. Hombres y mujeres que se han ganado el aprecio y la confianza de sus clientes.