De excesos y medianías
Conversaba con el padre Nicanor sobre acontecimientos recientes y le pedí que me comentara sobre la expresión latina " nihil nimis ". Me la había espetado un amigo como crítica a una situación que él juzgaba haber sido tratada en forma excesiva. Como suele ocurrir en Colombia en casi todos los ámbitos.
-" Nihil " en latín, hijo, como seguramente lo sabes, significa "nada" y " nimis " es un adverbio de cantidad que se traduce por "demasiado". La expresión "nada en exceso, nada en demasía", era una norma de conducta del mundo clásico y sigue siendo para todos un ideal de moderación en el que radica la virtud.
-Puro estoicismo, padre.
-Pues la expresión la he visto atribuida a Séneca, pero también a Horacio y a Terencio. Yo creo simplemente que era una especie de proverbio que, por lo demás, ya existía en Grecia. De hecho -y no es por "chicaniar"-, "nada en exceso" suena en la lengua de Homero así: " medén ágan ".
-Mire por dónde, tío, se me dejó venir usted con algo más que latines.
-El lema "nada en demasía" es una de las más exquisitas cualidades del espíritu helénico: la moderación. Hay quienes atribuyen la expresión a Critias de Atenas, tío de Platón, y estaba grabada en el frontispicio del templo de Delfos, junto al famoso "conócete a ti mismo". Recuerdo alguna vez haber leído que el verso completo era: "Nada en demasía, que todo lo bello está unido a la conveniencia".
-Qué bueno y enriquecedor es navegar por la cultura griega.
-Sí, muchacho, y es una lástima que se haya perdido en los colegios y universidades el interés por la cultura grecolatina. Pero no caigamos en excesos de lamentación y nostalgia. Te cuento sí, para no dejar cabos sueltos, que por su parte el historiador griego Diógenes Laercio, del siglo III después de Cristo, en su famoso libro " Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos ", atribuye el " medén ágan " a Solón, el gran estadista ateniense, uno de los sabios de Grecia.
-Me gusta, tío, verlo a usted como en sus viejos tiempos de profesor. Prefiero una clasecita así que cualquiera de sus cantaletas asermonadas.
-Pues para que no seas impertinente, aquí viene el sermón. Porque del "nada en demasía" se desprende la " áurea mediocritas ", la mediocridad dorada de las odas de Horacio y que fray Luis de León tradujo por "medianía", porque al parecer ya estaba desprestigiado el término "mediocridad".
-Como quien dice, la virtud está en el medio, que es lo que siempre se ha oído.
-La virtud como término medio entre el exceso y el defecto viene de Aristóteles. Santo Tomás de Aquino, inspirándose en el Estagirita, va a acuñar la conocida frase " in medio virtus ", a que tú haces alusión. Los autores ascéticos van a relacionar ese estar en el medio con la rectitud, y entonces la virtud sería el camino recto, sin torcerse hacia la derecha o hacia la izquierda, es decir, sin pecar por exceso o por defecto.
-Gracias por la lección, tío, pero me parece una vida muy insípida.
-Tómalo como quieras. De todas maneras, en un país tentado a todo por la desmesura, vale la pena meditar sobre la moderación de los griegos, que nace precisamente del amor a la razón, al orden y al espíritu práctico. Moderación en todo: en la acción, en el placer, en el arte, en la fantasía, pero sobre todo en la sabiduría, entendida no como conocimiento ("sofía"), sino como " sofrosine ", es decir, como recogimiento interior donde impera la reflexión.
-Ya, padre Nicanor. Está muy larga su digresión. Demasiado griego, demasiados latines. Nada en demasía. Se excedió, tío, y acabó usted cometiendo el pecado que condenaba.