DE LA MOVILIDAD AL CAOS
Tal como se están presentando las condiciones de la ciudad de Medellín estamos cerca de enfrentar un verdadero caos de movilidad. Las áreas de las vías han crecido en los últimos años apenas en un 0,98%, mientras que el número de carros y de motocicletas se ha incrementado en un 24%; según otros datos, hoy circulan por las calles de Medellín 500.000 motocicletas y un número de vehículos casi igual.
No es difícil pues, con estas cifras pronosticar que, de no afrontar este problema con decisión, la movilidad se convertirá en algo parecido a un caos que incidirá negativamente en la competitividad de la ciudad.
Frente a este grave problema los dirigentes, los responsables de la planeación urbana y de la movilidad, los empresarios y la ciudadanía de Medellín en general, deberíamos entrar en una especie de "acuartelamiento de primer grado" para pensar en implementar estrategias que nos permitan, en un tiempo no mayor de 8 años, remediar el atraso en nuestra infraestructura, que es nuestro principal cuello de botella.
Necesitamos la ejecución de vías rápidas como ejes de la ciudad, el corredor vial del río Medellín, una vía occidente-oriente que una el Túnel Fernando Gómez Martínez con el proyectado Túnel de Oriente, las circunvalares periféricas del área urbana, los puentes para automotores y peatonales sobre el río Medellín y, en general, las obras que nos conviertan en la ciudad moderna que está requiriéndose para los retos sociales y económicos que plantea los diferentes TLC, y que nos hagan competitivos como núcleo exportador.
Un plan de estas características requiere de unos 10 billones de pesos, que bien pudieran conseguirse a través de un empréstito con el Banco Interamericano, que tenga como garante, por ejemplo, a las Empresas Públicas y que pueda atender con una tercera parte de sus aportes al municipio de Medellín.
Un plan de esta naturaleza no solamente mejoraría nuestras condiciones frente al nuevo reto de la globalización que vive el mundo, sino que incidiría directamente en la calidad de vida de todos los habitantes, mejoraría nuestras condiciones de convivencia y de seguridad, ofreciendo empleo y oportunidades de trabajo.
Tendrá este plan así mismo, influencia en el incremento de los impuestos al subir los avalúos, el impuesto de industria y comercio, los ingresos por servicios públicos. En general, este acuartelamiento y este plan de obras extraordinaria detonará el proceso de desarrollo de Medellín y de Antioquia, tendrá el significado de un nuevo aire para nuestra economía, nos consolidará como la primera ciudad de Colombia y así, lo que hoy se mira como crisis, se convertirá en oportunidad para mejorar nuestra movilidad, nuestra seguridad, nuestra calidad de vida.