Histórico

De Medellín a Urabá: 373 kilómetros en 9 horas

El viaje hacia la costa antioqueña es una colección de huecos, rocas y tierra desprendida. Pero hay solución.

12 de agosto de 2012

Un camión cisterna se abre paso en medio de una nube de polvo en el trayecto entre Uramita y Dabeiba. El tránsito es escaso, pero el sobrepaso es riesgoso por la escasa visión. El estallido de una llanta entre los baches de la carretera le fija un reto extra al conductor y lo obliga a hacerse a un lado de la vía.

Son percances habituales en el viaje entre Medellín y la puerta de Urabá, de 183 kilómetros, al final de los cuales la llegada es más que un descanso del camino, en el que huecos, rocas que caen de los taludes y restos de derrumbes antiguos, donde crece la maleza, son parte del paisaje que se cierra en selva y acantilados en el cañón de La Llorona. Si es verano, el polvo no deja ver. Si es invierno, el lodo no deja rodar.

Desde allí la alta exigencia de la ruta continúa hasta Mutatá, cuando el terreno da una tregua por Chigorodó, Carepa, Apartadó y Turbo. En total son 373 kilómetros que llevan desde Medellín al mar en Antioquia.

La geografía agreste y el atraso en mantenimiento enmarcan el deterioro de la vía, que comienza a evidenciarse luego de pasar Santa Fe de Antioquia y se hace más notorio a medida que el camino se acerca a Dabeiba. El estado de ánimo común entre los conductores es de exasperación.

“Un camino rural es bueno en comparación con la vía como está. Hay mucha caída de piedras, huecos, los derrumbes no los limpian”, reporta Javier Marín, transportador que cubre la ruta Medellín-Cañasgordas.

“La vía a Urabá ha sido muy complicada por las altas pendientes, los taludes tan pronunciados y ha tenido déficit de mantenimiento”, considera el director en Antioquia de Invías, Gustavo Otálvaro. La entidad responde por la vía entre Santa Fe de Antioquia y la vereda El Tigre, de San Juan de Urabá.

El primer paso crítico, que amenaza con provocar el cierre de la vía, está cerca del corregimiento Cativo, de Santa Fe de Antioquia, donde en 100 metros de carretera se ha perdido el 50 por ciento de la banca.

Pero hay más problemas. En Giraldo, corregimiento Manglar, hay tramos que perdieron el pavimento, y ni se diga de la antigua vía a San Jerónimo, que desde la apertura del túnel de Occidente poco y nada ha recibido en mantenimiento.

Las soluciones
El Director Regional de Invías y el gerente de Proyectos Estratégicos de la Gobernación de Antioquia, Sebastián Álvarez, coinciden en un anuncio positivo: en octubre deben iniciar obras de mantenimiento y rehabilitación por 71.000 millones de pesos. El proyecto está en proceso de licitación. “Estos recursos los vamos a invertir en la recuperación del pavimento entre los kilómetros 11 y 67, del tramo El Tigre-Dabeiba”, señala el ingeniero Otálvaro.

Conocedor de la ruta, aunque no es su responsabilidad más allá de Santa Fe de Antioquia, el Gerente de Proyectos Estratégicos de la Gobernación, admite que “la vía tiene bastantes problemas de estabilidad. La parte de Dabeiba, Mutatá y Carepa, tiene problemas de pavimento”.

La Gobernación e Invías esperan que con la inversión de los recursos en licitación además de 140.000 millones de pesos de la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI, y 53.000 millones de pesos del Fondo de Adaptación Colombia Humanitaria, se recupere este corredor. El impacto es para diez municipios de las subregiones del Occidente y el Urabá antioqueños.