Histórico

Debates presidenciales

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16 de mayo de 2010

Esta contienda presidencial nos permitió ver a los candidatos en distintos debates públicos. Si uno tuviese amplia ventaja no tendríamos semejante oportunidad. Los asesores piden al favorito que no se mida con sus contrincantes, hable poco y en espacios "controlados", y evite las oportunidades de equivocarse. Pero como esta carrera se definirá por voto finish , se han visto obligados a aceptar controversias públicas.

Pues bien, EL COLOMBIANO organizó un debate e hizo el honor de invitarme a formular preguntas a los candidatos. Tres reflexiones me surgen de sus respuestas:

Para empezar, Colombia tiene una sólida generación de líderes, más allá de las diferencias entre ellos. Con Petro se pueden tener distancias ideológicas, yo las tengo, pero hay que reconocerle lo innovador de sus posiciones. Santos, Pardo y Vargas Lleras hacen una tarea juiciosa. Su claridad y concreción demuestran conocimiento de país, programas de gobierno serios y un estudio profundo de la realidad nacional. Noemí es la más floja. Se muestra insegura y vaga y tiene dificultades para hilar respuestas concisas.

Y en el debate se irritó cuando pregunté si en caso de no pasar a segunda vuelta se inclinaría por mantener la alianza con la U o si preferiría a Mockus, que fuera su candidato a la Vicepresidencia. Se negó a responder. La pregunta era pertinente, no sólo porque es una hipótesis muy probable, sino porque las especulaciones sobre si ella en verdad está o no en la continuidad del uribismo le han hecho un daño enorme a su candidatura. Ante la duda, muchos de los conservadores uribistas han preferido irse con Santos. La tensión entre ellos, por cierto, es inocultable. Vaticino: si Noemí se inclinara por Mockus, los parlamentarios conservadores darán un golpe de estado. Su ascediente sobre el partido depende de ser candidata. Si deja de serlo, el poder vuelve a los congresistas y éstos están con Santos. La fisura, sin embargo, resultaría costosa para el Conservatismo y para el mismo Santos, porque los votantes se confundirán.

Antanas se salió de la ropa cuando señalé una contradicción irresoluble entre sus respuestas en materia de creencias religiosas. Preguntado si creía en Dios dijo ser "muy escéptico", "no ver lo sobrenatural" y hacer parte de "un grupo en el cual no caben argumentos religiosos". Vean el video en youtube.

Más tarde se declaró católico y anunció que ahora sí se casaría por la Iglesia. Si cree en Dios y si es o no católico son asuntos de su fuero interno. De hecho, mi pregunta no era si creía o no, sino si pensaba que profesar una religión definía el carácter y era importante para un jefe de Estado. Mockus, aquí como en tantos otros temas, parece un botecito al vaivén de las reacciones de la opinión pública. Va para donde sople el viento. Si sus respuestas generan una oleada negativa, no tiene empacho en cambiarlas por aquellas que parecen mejor ajustadas a la mayoría. Dice lo que la gente quiere oír, como el más típico de los políticos tradicionales. De nuevo, y a riesgo de que me linchen otra vez los mockusistas, no es transparente.