Desfogue legal en El Playón
AYER SE REALIZÓ el primer campeonato antioqueño de motovelocidad. La gente del barrio llenó el escenario y gozó con el espectáculo.
Para contestar la pregunta de si es de los que hace piques callejeros, lo primero que hace es quitarse la camiseta y dejar ver todas las cicatrices en su cuerpo.
"Claro que los hice, tuve hasta 36 motos, pero ya me convertí en un acompañante de los muchachos y en un luchador de la causa por hacer esta práctica legal", dice en forma pausada Édgar Mauricio Bermúdez, mientras mira asombrado a su alrededor para confirmar que en la cancha de arenilla del barrio El Playón no hay sitio para una persona más.
El cuento nació de una obra social, porque igual que a muchas personas, la tragedia de Calle Vieja les tocó el corazón y el pasado 19 de diciembre dejaron las calles y se metieron a un escenario, el mismo de ayer, pero con la obligación de que los asistentes llevaran algo: "no faltaron las cobijas, almohadas y muchos alimentos perecederos, hasta televisores llevaron", dice Bermúdez.
Lo de ayer fue otro cuento, consiguieron el aval de la Liga de motociclismo, la autorización de la Secretaría de Gobierno y se lanzaron al ruedo. Eso sí, sin saber que el éxito iba a ser tal no solo en la participación de pilotos, sino en la masiva asistencia de público. En la unidad deportiva La Frontera, cerca a la estación Acevedo del metro, no había por donde caminar.
A los más de 5.000 aficionados (sin exagerar) no les importó esperar más de dos horas para el comienzo y aguantar una temperatura altísima para escuchar el rugir de las motos.
"Creo que el público merece recreación gratuita. Eso estamos buscando y concientizando a los pilotos que podemos hacer estas prácticas en sitios con mayor seguridad. No importa todos los permisos que tengamos que pedir, pero vamos a tratar de ampliar el evento a otros barrios", manifiesta quien ya dejó su parte competitiva para dedicarse al almacén de accesorios para motos y a organizar esta clase de eventos.
La primera válida antioqueña de motovelocidad en arena también servirá para que la Liga tome este experimento como su verdadera escuela y de acá salgan los pilotos que van a participar en los certámenes departamentales.
Lo de ayer fue un "desfogue bacano", como se le escuchó a uno de los participantes, y también la oportunidad para mermarles a los piques callejeros que no solo cansan a los habitantes por el ensordecedor rugir de los motores, sino que se han convertido en un verdadero peligro para el practicante y la ciudadanía.