Diego pintó sus 18 años de encierro
Ansias de libertad . ¿Cómo más podría llamarse la exposición de pinturas de un hombre que estuvo preso durante 18 años en Estados Unidos y que hace apenas tres meses volvió a saber lo que es estar libre?
"Cuando me fui, el metro no existía. Ahora me siento como un bebé, como montañero en Disneylandia, como si hubiera despertado de un coma...", exclama lleno de entusiasmo Diego Salazar Zuluaga, el protagonista de la exposición en el Hotel Dann Carlton.
Son 23 óleos sobre lienzo, varios de ellos autorretratos que cuentan la realidad de una larga y penosa condena.
"Me enredaron en un asunto de drogas", recuerda sin pena de contarlo.
Le ocurrió en 1991 cuando apenas tenía 28 años de edad y un mes de casado. El matrimonio no le sobrevivió. Ahora Diego tiene 46 y "estoy volviendo a vivir".
El otrora comerciante aprendió a pintar estando entre rejas. Comenzó a hacerlo en 1995 gracias a un compañero preso, el caleño Lucho Guerrero, quien lo animó y le enseñó lo básico de la técnica del óleo.
Diego pasó por varias cárceles pero la soledad siempre fue la misma. "La pintura se convirtió para mí en una puerta de escape y me fui especializando en autorretratos. Lo que se ve en mis pinturas es la soledad de la persona. Estar preso en Estados Unidos no es estar en un hotel cinco estrellas como la gente piensa. Uno se siente como en la luna", asegura.
Llegó a pintar 250 cuadros de esposas, hijos y nietos de presos, y casi todos los vendió. Solo cuando se vio ad portas de la libertad comenzó a guardar cuadros pensando en la exposición que hoy ve la luz.
Diego está viviendo con su mamá y piensa dedicarse de lleno al mundo del arte. "Ya mi mundo es el arte y lo que pinto le gusta mucho a la gente", dice el hombre libre.