Don Leo, un Nieto de Argentina
ÉL ES UN referente gaucho, al frente del Salón Versalles, que el lunes celebrará 50 años. Hace fuerza por la Albiceleste y se alegra con Colombia.
Son 50 años del Salón Versalles y Leonardo Nieto no ha podido amortizar la deuda con su adorada Medellín.
"El que está en deuda con la ciudad soy yo", dice emocionado este argentino que se "nacionalizó" paisa desde hace muchos años atrás, para enraizar en el espíritu de la ciudad, casi que una embajada gaucha en todo el centro de Medellín.
Cuando el negocio está próximo a cumplir los 50 años de labores -el lunes 15 de agosto-, Leonardo echaba a correr la máquina del tiempo, para recordar los grandes del balón que han pasado por allí, incluido Alberto Totogol Perazzo, el padre del técnico de Argentina que hoy juega el paso a los cuartos de final del Mundial sub20.
Don Leo, como lo llama la gente en su negocio del pasaje Junín, además de las empanadas argentinas, alfajores, milanesas y churrascos, siempre ha estado al pie del balón. Ese que a sus 85 años le ha dejado grandes amigos y de llevar siempre en el corazón a su amado equipo, el que viste de rayas azules y blancas, las camisetas que cuando las trae de Argentina, se van como agua entre los dedos, porque la demanda en casa supera la oferta.
"Este martes iré al Atanasio con mi bandera argentina, para ver al equipo que le noto mucha velocidad. El partido ante Egipto se antoja complicado", cuenta con su acento sureño, ese que no ha perdido nunca desde que dejó su natal Vedia -provincia de Buenos Aires-, donde prestó el servicio militar al lado de uno de sus grandes amigos, el recordado técnico Oswaldo Juan Zubeldía.
Don Leo pinta canas, pero de sabiduría, de esa que lo llevó a ser un consejero de primera mano de los directivos del DIM de la época de Omar Orestes Corbata y Pancho Hormazábal y de tener por confidente a su querido "compinche" José Curti, con quien hacía la ronda nocturna por las casas de los jugadores del Atlético Nacional de los años 70.
El fútbol está instalado en las entrañas de su amable ser; de un hombre genuino y sencillo que ama la capital de la montaña, a sus gentes y que añora la presencia de la Feria de las Flores, en el centro de la ciudad, "porque el Parque de Bolívar es el principal referente de Medellín", opina.
Esta vez no hubo fotos del fútbol colgadas al ingreso del Salón Versalles, como se han visto antes, pero sí de la Feria de las Flores. Otra fiesta.
Sin embargo, en el azul de su camisa se plasma parte del amor por lo gaucho, gusto que traslada a su paladar, ese que durante 50 años la ciudadanía antioqueña ha disfrutado del Salón, donde don Leo también goza con el fútbol de la Selección blanquiceleste.