Donde Chucho, visa USA y mantarraya ahumada
El embajador estadounidense Michael McKinley , terminó el plato y mandó a llamar al hacedor. Jesús Trujillo llegó apurado a la mesa del hombre, quien le preguntó luego de sucumbir ante la ensalada, si podían tomarse una foto y luego de la pose le preguntó qué conocía de Estados Unidos, a lo que Trujillo respondió atónito: "nada". ¿Por qué? Preguntó McKinley, pues porque no tengo visa, aclaró Trujillo. Con un gesto llamó a uno de sus asistentes para que tomara los datos del cocinero y le diera de inmediato la visa por diez años. Días después Chucho viajó a Bogotá, llegó a la puerta de la Embajada y llamó a la persona indicada, le pusieron una marca verde en la solapa de su saco y lo mandaron entrar. Ya en la ventanilla de visas le preguntaron a aquel hombre de apariencia humilde y sencillo al hablar todas las preguntas de rigor, pero su apariencia no aclaraba porqué ese simple hombre tenía un ficho verde. El color designa la importancia del referido y el verde es importante. Sin entender por qué Jesús tenía ese ficho, el cónsul continuó con las preguntas. Que de dónde era, que si tenía familia en Estados Unidos, que si tenía empresa, que esto, que lo otro... Jesús atinó a responder que poseía un restaurante en Santa Marta, entonces el cónsul le preguntó si conocía alguien importante y fue ahí que Jesús Trujillo con orgullo y cierta picardía en la mirada estampó la fotografía con el embajador en el vidrio que lo separaba del diplomático, el Cónsul apurado le dijo: "Su visa ha sido aprobada".
Al Rodadero, En Santa Marta, se va con la intención de tomar sol y disfrutar su playa. Alrededor de estas actividades está la posibilidad de comer algo sabroso desde un ceviche del popular camarón tigre, en salsa de tomate y cebolla picada acompañado con galletas saladas, hasta el sabor ácido de un mango con limón y sal. También escoger entre comer en la playa sobre la arena o buscar en el centenar de restaurantes una propuesta interesante, diferente, que no sea la típica pizza. O evitar el plato de arroz con coco y pescado freído en el mismo aceite donde el tatarabuelo del ejemplar fue tostado, o el arroz marinero, nombre común para un plato rápido y caro que en los restaurantes concuerda en nombre, pero difiere en mariscos, ya que lo que le pone sutanito no lo agrega fulanito.
Es así como si usted busca y pregunta un poquito puede hallar a Jesús Trujillo , Chucho, un samario que comenzó hace 20 años con un puesto de ventas callejero y la apuesta de convencer a su clientela de que podían comer cómodos una ensalada de mariscos. Ahí nació Donde Chucho el restaurante en la esquina de la calle 6 con carrera 3 del Rodadero, que atiende igual al presidente, Shakira o cualquiera que desee gozar del sabor de un plato del lugar y en especial de la famosa Ensalada Chucho, plato emblema que sale de la cocina fresca y atrayente, lista para ser disfrutada con un vino blanco sauvignon blanc.
¿Que cómo es la ensalada Chucho? Una base de camarón 5160, el más grande, como dice Chucho, pulpo, calamares, gran cantidad de cebolla roja cortada en plumas, jugo de limón criollo, sal, pimienta, bastante aceite de oliva y el toque que marca diferencia: mantarraya ahumada con una madera particular que el man no quiso esclarecer. La mantarraya aparece en la ensalada Chucho en forma de palitos café, como palitroques o bastones. Su sabor es suave, no presenta recuerdos a mariscos o a ese sabor a bacalao de algunos peces, es diferente, interesante y distingue al plato. Esta ensalada merece un diez, diez años de visa a E.U.