Histórico

"El 5-0 no fue el partido perfecto"

Este 5 de septiembre se cumplen dos décadas de la hazaña ante Argentina. El técnico Francisco Maturana desmenuza recuerdos.

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31 de agosto de 2013

Veinte años después de una de las gestas más importantes del fútbol criollo, el 5-0 sobre Argentina en el estadio Monumental de Buenos Aires, el hombre que la encabezó como entrenador reflexiona sobre su significado. Francisco Maturana habla de las enseñanzas que dejó, los recuerdos frescos y la influencia en el presente.

Lección de dos décadas
"Yo no me detengo en el 5-0 del 5 de septiembre de 1993. Fue un hecho puntual, algo que marca, como en su momento nos llenó de orgullo el 4-4 contra la Unión Soviética en el Mundial de Chile-62.

Éramos conscientes de que ese 4-4 iba a ser un recuerdo, como ya lo es el 5-0. En su momento lo dije, un resultado en el que habíamos conseguido los puntos necesarios para ir al Mundial, pero Argentina seguiría siendo Argentina y Colombia, Colombia. Ambos resultados impactaron a nivel universal, porque derrotamos a dos potencias. El condimento de este último fue que muchos países lo hicieron suyo.

Una goleada ¿dañina?
Nunca ganar es malo. Lo importante es la actitud ante las cosas que nos pasen, buenas o malas. Fue un resultado lógico y no sé si justo, pero no admite ningún tipo de cuestionamiento. Colombia ganó y hasta ahí. Los jugadores y nosotros seguimos siendo los mismos al otro día.
De pronto algún sector de la prensa y otras personas magnificaron y crearon un entorno exitista alrededor de ese triunfo. Pero ese cuentecito de que nos hizo daño es una manera o un caballito de batalla que alguna gente encontró para darle explicación al Mundial. Es una visión miope, porque no profundiza en las cosas.

Aunque respeto la diferencia de conceptos, surge una invitación para que piensen qué pasó con la Argentina de Marcelo Bielsa que encandiló al mundo con su fútbol y la eliminaron en la primera ronda del Mundial 2002. Y no hubo ningún cuestionamiento a la hora de buscar justificaciones diferentes al fútbol.

Simplemente, llegaron en un nivel bajo de forma y listo. Eso pasa en los países que tienen historia y grandes logros. Nunca buscan explicaciones tontas, simplemente lo admiten como algo normal del juego. A nosotros nos pasó lo mismo. Llegamos al Mundial en un momento que no era el que teníamos en la Eliminatoria.

Pasos hacia la hazaña
La gente se detiene solo en el 5-0, pero este fue producto de una serie de pasos. Para llegar allí hubo dos partidos muy importantes de la Copa América de 1993 en la que empatamos con Argentina. El primero fue al roce, a no dejarse ganar de prepotencia y en ese escenario Colombia resultó fuerte y quedamos 1-1. Luego vino otro encuentro en el que la cosa fue más alrededor del fútbol y al final empatamos 0-0, pero luego perdimos por penaltis (6-5).

Después vino otro duelo con esa generación en Barranquilla en el que ganamos 2-1, y en ese actuamos mucho mejor que en Argentina-93.

Ya habíamos medido la fuerza y determinado en qué escenario queríamos jugar: metiendo o jugando. Entonces, se dio y no creo que haya sido el partido perfecto, puede que el resultado sí, pero el trámite no daba para eso (5-0).

Simplemente, se encontraron con jugadores en un momento excepcional: fuertes, veloces y con gol, que capitalizaron todos los descuidos de Argentina, porque hay que recordar que el empate era suficiente para nosotros.

La estrategia
Ese partido no lo ganamos desde el ataque, de presionar. Lo hicimos desde la prudencia, el respeto y la admiración, porque fue nuestra consigna. Triunfamos más desde la seguridad que de otra cosa, recuerden que Óscar Córdoba fue figura descollante.

Inclusive, cuando se acercaba el final del primer tiempo estaba preocupado, mirando cómo reacomodar el equipo porque ellos eran superiores, y justo vino el 1-0 de Freddy Rincón. Paramos los cambios y dijimos que ese gol nos iba a tranquilizar más y decidimos quedarnos quietos. Pero si el juego termina 0-0 en la etapa inicial, seguro que hubiésemos hecho variantes.

Ningún daño personal
Estoy libre del rencor, del odio y de lo que piensen los demás. Para mí fue un resultado y punto, en nada me afectó. Quizás me condicionó más la Selección del 90, el 1-1 con Alemania, porque después de ese partido yo fui a Europa y me codié con Johan Cruyff, Arrigo Sacchi y otros, estaba en la élite y tenía una imagen internacional. Por eso no puedo decir que el partido contra Argentina fue el que me catapultó.

No celebró con ruido
No soy mucho de celebraciones, ni siquiera en mi cumpleaños. En épocas así quiero pasar inadvertido, andar en puntillas.

La algarabía en el hotel era impresionante y yo me fui a la habitación. Más que festejar, ese triunfo me dio la oportunidad de rendirle tributo a la amistad. A mi cuarto llegaron Navarro, Palavecino, Zemenewich y Zurdo López. Más que hablar de ese partido, evocamos nuestras épocas en Nacional. Fue un pretexto para reencontrarme con los amigos.

La víspera del juego resultó tensa, porque a pesar de la labor de la Policía hubo manifestaciones. El camino al estadio fue difícil, porque toda Argentina estaba volcada en ese momento, era su clasificación.

Lo único que hicimos fue poner un balón delante del bus, en el sentido de que no había que contestar nada, hablar con la pelota. Llevábamos tres partidos en los que ellos no habían sido más.

El 5-0 fue la confluencia de muchas cosas. Desde 1987, cuando nos sentamos en un camerino, partimos de la base de la sinceridad. Marcamos unos códigos, entre ellos mejorar como personas y, sobre todo, fuimos felices.

No es que la mentalidad del fútbol colombiano haya cambiado a partir del 5-0. Eso vino de un compromiso y del protagonismo que asumieron los muchachos.

Solo recuerdos...
No guardo nada especial de ese día. En Argentina me respetan mucho y cuando tocamos el tema es solo desde lo futbolístico. En algunos países africanos, los chicos me referenciaban por ese partido que da para leyenda... En Colombia siento que medio saco la cabeza y es como la bandera de salida para que todo el mundo se desahogue y descalifique. Podemos celebrar lo que tenemos hoy, pero no descalificar lo que hicimos ayer" n

"Me siento fuerte por mi escenario actual. La gente piensa que estoy desactualizado o escondido. Ignoran que me mantengo en Europa o con los directores técnicos de desarrollo de Suramérica que me respaldan y respetan, asesorándolos".