El barro tiene voz: un diálogo intercultural
Con obras que van desde la época prehispánica hasta el arte contemporáneo, el Museo de Antioquia estrena sala.
Desde hace 7.000 años, las diversas culturas americanas iniciaron un diálogo alrededor de un elemento común, el barro.
A través de las distintas técnicas -modelado a mano, por rollos, en torno, moldeadas en arcilla o con yeso y barbotina, las culturas prehispánicas plasmaron en innumerables objetos su mundo y su pensamiento.
Así lo explica la antropóloga Neyla Castillo, quien agrega que a través de la cerámica las culturas indígenas que nos antecedieron empleaban el barro "no solo con el fin de hacer un objeto utilitario, sino y más allá, como una forma de reflejar su mundo y su pensamiento".
La explicación la dio durante la visita guiada a lo largo de la nueva exposición que abre hoy el Museo de Antioquia, a las 5:00 p.m. y con la cual inaugura la nueva Sala de Diálogos Interculturales.
Tras una gran investigación a cargo de los antropólogos Neyla Castillo, Diego Herrera y la curaduría de Nydia Gutiérrez, esta exposición se centra en las cuatro principales regiones ceramistas del país: El Carmen de Viboral, Ráquira, La Chamba y Momil.
"El espíritu de la nueva sala es actualizar nuestros conocimientos sobre las culturas, no solo indígenas sino en general. De ahí que esta exposición permita ver obras que van desde la época prehispánica hasta las interpretaciones de arte contemporáneo", destacó Ana Piedad Jaramillo, directora del Museo de Antioquia.
En medio de la diversidad, el diálogo se vuelve fascinante. A lo largo del recorrido por la exposición, el visitante va desde la presentación de las diversas técnicas y sus respectivos procesos, que le conducen a verdaderos tesoros arqueológicos, como el de la Cabeza humana, una pieza antioqueña de gran valor patrimonial por ser la representación humana más antigua que existe en Colombia y una de las más antiguas del continente (ver foto arriba a la derecha).
Pero también encuentra en esta exposición las propuestas de grandes artistas contemporáneos que van más allá de una pieza en cerámica.
Grandes clásicos como Débora Arango y Alejandro Obregón comparten a la par con otros ceramistas como Pablo Jaramillo y nuevos artistas como la cantante Andrea Echeverri, con su obra Huesos, en cerámica esmaltada y con los cuales forma el mapa de Colombia sobre tierra negra.
Ni qué decir de las obras de Nadín Ospina, en las que fusiona elementos prehispánicos con íconos de consumo masivo; la cosecha de papas de Ernesto Restrepo, entre otros. Una exposición para recrearse.