El Centro de Medellín es seguro, pero falta un poco más
Si el Centro es seguro o no, quienes mejor lo saben son los que a diario conviven en él, como Luis Daza, que hace cinco años vende papitas fritas en San Juan con Junín y la última vez que lo atracaron fue hace tres años.
"Desde eso no me ha pasado nada... y tampoco me han cobrado vacuna", afirma este ciudadano, que se ve muy sereno en su labor.
En sesión plenaria del viernes, el Concejo debatió la seguridad en esta zona y concluyó que ha mejorado, pero que se necesitan más esfuerzos para garantizar plena tranquilidad a transeúntes, habitantes y trabajadores.
Según la comisión accidental (integrada por Luis Bernardo Vélez, Carlos Ballesteros, John Jaime Moncada, María Mercedes Mateos, Esteban Vélez y Santiago Londoño), "el número de policías sigue siendo insuficiente para garantizar seguridad".
También dijeron los concejales que en Medellín hay un policía por cada 289 habitantes, lo que se considera insuficiente y por eso "sugiere el mejoramiento de cámaras de vigilancia e incrementar los programas de educación ciudadana".
En la sesión participó la comunidad, que valoró las realizaciones de la Administración, pero denunció que grupos especiales como las trabajadoras sexuales, los niños en situación de calle, la comunidad LGTB (lesbianas, gays, travestis y bisexuales), indígenas y afrodescendientes, "siguen siendo discriminados, maltratados y explotados por los ciudadanos y, en ocasiones, por la fuerza pública".
Las autoridades
El comandante de la Estación Candelaria, coronel Javier Pérez, encargado de la seguridad del sector, estuvo presente en el debate y defendió la acción de la Policía.
Para EL COLOMBIANO afirmó que su función es proteger los derechos de todas las personas, sean del grupo que sean, siempre que estén cumpliendo la ley.
"Este año no ha habido quejas de atropellos -de uniformados a la población- y si llegan a darse hay instancias como nuestra oficina de atención al ciudadano, la Personería, la Defensoría y un oficial de enlace que tenemos para los derechos humanos", precisó el oficial.
Pero pidió más colaboración con las autoridades, pues falta que la gente, así la mayoría vaya sólo de paso o a trabajar, lo sienta suyo, se apropie y "tenga sentido de pertenencia, que no arrojen basura, que respeten las señales de tránsito y que ayuden a las personas".
Sonia Vásquez, gerenta del Centro, aclaró que la función de su dependencia es articular los programas que todas las instancias de la Administración tienen para el sector. Dijo que se trabaja por zonas con comerciantes y comités cívicos para lograr más convivencia y que sería ideal tener más policías.
"Ojalá de los dos mil que llegaron para el BID se queden siquiera mil, es lo que pedimos", precisó Sonia, que también enunció los muchos programas y políticas que hay para las poblaciones más vulnerables del sector.