Histórico

El chucu chucu es Puerto Candelaria

CUMBIA UNDERGROUND, ESE es el género que esta banda local inventó y reinventó en los últimos diez años. Sus armonías recuerdan a Los Hispanos y a Pastor López, pero también a los jazzistas más importantes del siglo pasado.

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13 de abril de 2011

Andrés Caicedo, por allá en la década del 70, renegó de la música paisa que por esos lustros animaba tablados y fritangas, el chucu chucu. Una especie de cumbia moderna para la época.

Qué pensaría el intelectual de otrora si escuchara lo que hoy en día hace un grupo como Puerto Candelaria.

La orquesta, banda, agrupación -es difícil encasillarlos- se dio a la tarea hace más de diez años, de encontrar una identidad sonora que mostrara lo que es Medellín, lo que es Colombia. Así llegaron a lo que llamaron cumbia underground, al chucu chucu.

En esta década ya son tres placas las que tienen en el mercado, y ahora terminan detalles de la cuarta, de la cual ya lanzaron el primer sencillo: Cumbia Rebelde.

Las sonoridades de estos exponentes del "neo chucu chucu", se pueden definir como transgresoras. Armonías tensas que provienen del jazz, pero con todo el sabor colombiano.

Juancho Valencia, un muchacho de pelo alborotado, que respira musicalidad hasta en el manera de vestir, y quien es director de la banda, cree que la consonancia es para Europa, "por eso hacemos disonancias, porque eso refleja lo que pasa en este país. Aquí, hoy sabemos que estamos, pero mañana es una incógnita".

En la escena musical de la ciudad Puerto Candelaria ya tiene un nombre, ya es reconocida y es invitada a muchos festivales. Pero su mayor fortaleza está en otros países, en otros continentes.

"Hemos estado en México, Ecuador, Brasil, Argentina. También hemos estado en Europa y Asia: Holanda, Bélgica, Alemania y en China", sostiene Valencia.

Tomar algo tan autóctono como el chucu chucu y tocarlo no es una tarea fácil. Pero actuar en tarima como una caricatura de lo que debería ser una persona a la que le gusta ese género musical y que vive de él, es una odisea mayor.

"Antes de Puerto Candelaria había miedo de ser y hacer el ridículo y de jugar con el ego del músico. Nosotros nos atrevimos, porque todo eso es lo que somos".

Y es que lo que hace el grupo en vivo es toda una representación. En primer lugar, Puerto Candelaria es un pueblo imaginario ubicado en Colombia y que tiene unos personajes muy singulares, los cuales inspiran las canciones. Eso es lo que se muestra en escena, es una obra de teatro con armonía.

La música de esta ciudad imaginaria provoca que los pies se muevan. Tienen lo que los boricuas llaman sabor.

Pero no es simple baile. No es solamente la guacharaca que golpea con un ritmo repetitivo y que guía a la percusión. Es todo un discurso musical que se está tejiendo desde hace mucho tiempo y que "personalidades de la música, como los jazzistas de Nueva York, ven en Puerto Candelaria un nuevo descubrimiento sonoro que nadie había pensado", sostiene con alegría Valencia.

En Puerto Candelaria se encontraron algunos de los músicos más destacados del país, pero ellos no abandonan su proyecto, aunque la masa no lo valore. Porque música hay mucha, pero ideas son pocas, y ellos las tienen claras.