Histórico

"El DAS no es cueva de mafiosos": Felipe Muñoz Gómez

24 de febrero de 2009

El director del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, Felipe Muñoz Gómez, anunció que su entidad está hablando de manera constante con la Fiscalía General de la Nación para determinar quiénes son “las manzanas podridas” dentro de la entidad, responsables de las interceptaciones a números telefónicos de integrantes de la oposición, magistrados de las Cortes, personalidades del Gobierno y periodistas.

Muñoz dijo estar “totalmente preparado” para afrontar el escándalo, pese a la salida de los anteriores directores del DAS por el mismo problema, pues “no voy a permitir que se acabe la entidad”. 

Muñoz anunció que existen mecanismos de contrainteligencia en el organismo del Estado para avanzar en la búsqueda de los responsables. Además, explicó que según los reportes de inteligencia en el DAS, no se ha perdido ningún equipo como lo aseguran versiones de prensa. 
Por su parte, voceros oficiales del DAS y el CTI de la Fiscalía aseguraron que las interceptaciones o “chuzadas” se pudieron presentar desde fuera de la institución.

Según ellos, es difícil que se hubiera hecho desde las salas de la entidad, ya que por los protocolos que se tienen que seguir, no es fácil acceder a las salas sin orden judicial para monitorear correos o líneas telefónicas móviles o fijas.

De ser así, voceros de la Fiscalía argumentaron que la prueba reina de las interceptaciones se encuentra en los equipos, ya que dentro de ellos se registra hora, fecha y líneas telefónicas que deben ser monitoreadas mediante una orden judicial.
 
¿Cómo está enfrentando esta situación a penas con un mes de ser el director del DAS?
Me siento honrado por la oportunidad que me dio el presidente Álvaro Uribe y me siento estimulado porque este reto y situación de crisis debe llegar a sacar una entidad fortalecida, con una mejor imagen de cara a la opinión pública. No puedo negar que son días difíciles, pero eso hace parte del ejercicio y la decisión que yo tomé de seguir en la vida pública.
 
¿Por qué asumió el cargo en una entidad donde los últimos directores han salido muy mal?
Porque son vocaciones. Creo que la gente desvalora el servicio público. Hay personas que se dedican a la empresa privada y trabajan 40 horas. Y hay gente como yo que nos dedicamos a entregarnos a la vida pública porque nos gusta, nos parece que podemos proyectarnos de manera profesional. Cuando me posesioné mucha gente me dijo que por qué lo aceptaba, que eso es un chicharrón y que me iba a quemar.
Pero si a usted lo llama el presidente de la República y le hace un ofrecimiento como esos, sólo podía decir sí. Los días que se vienen son muy duros, pero me desempeñare con la misma intensidad y el mismo entusiasmo.
 
De acuerdo con los escándalos, ¿usted se siente en capacidad de manejar el DAS? 
Sí, me siento en capacidad de manejar el DAS y liderarlo con el apoyo del Presidente y del Gobierno. Yo soy el único que no se va a sumar a la euforia colectiva de linchamiento contra la entidad. Tampoco estoy desconociendo que existan problemas y además estoy asumiendo que si algunas de esas informaciones son ciertas, tienen que haber sanciones drásticas, sean funcionarios, o gente de afuera. Pero no se debe estigmatizar a los más de seis mil funcionarios que aquí laboran de una manera comprometida. Ésta no es una cueva de mafiosos.
Lo más Fácil sería decir cerremos el Das. Hay muchos interesados, precisamente esa red mafiosa de la que se ha estado hablando. Sin embargo, hay que seguir haciendo interceptaciones, lo que no se debe hacer jamás en la vida es una interceptación ilegal.

Ya salió el capitán Alberto Lagos de contrainteligencia ¿qué otras renuncias se han aceptado?
El capitán Lagos es un Capitán retirado de la Armada a quien se le aceptó la renuncia por el proceso de investigación. Además se les aceptó la renuncia a dos subdirectores del área de inteligencia, el subdirector de análisis Gustavo Fierro y a la subdirectora de operaciones Marta Leal. 

¿Cómo va hacer usted para distinguir las ‘manzanas podridas’?
Quien nos debe decir quiénes son las manzanas podridas, las personas que pudieran estar detrás todo, es la Fiscalía. Creo en el criterio del Fiscal Mario Iguarán y del CTI. 

¿Confía en las investigaciones internas del DAS?
Sí, pero para confianza de la ciudadanía que en este momento no confía tanto en la entidad, le he pedido la intervención a la Procuraduría. Es decir, que los casos derivados del nivel disciplinario de estos presuntos hechos, no lo va a asumir completamente el DAS, sino también el Ministerio Público. Pero hay que hacer una reorganización del área de inteligencia y contrainteligencia.
 
Para algunos sectores del gobierno el DAS se debe reestructurar o acabar ¿Cuál es su opinión frente al tema?
Respecto esas opiniones pero no las comparto. Primero por respeto a los funcionarios del DAS y las familias que llevan más de 20 años entregándole su servicio al departamento; segundo porque aquí el tema no sólo es de personas, el problema es una posible red institucional; y tercero, esas historias de coger entidades cerrarlas y abrir otras no es tan fácil.
Lo que hay que hacer es que asumir con toda la responsabilidad y todo el compromiso, pero también con todo el realismo. El único que debe tener la cabeza fría es el director del DAS.
 
En el DAS existe la posibilidad de caer en corrupción por el nivel de remuneración de las personas que manejan delicados ¿Qué piensa usted de esto?
Es una visión peligrosa en la medida que criminalizaremos la pobreza. Es la historia que cuando la gente tiene una mala remuneración o una condición económica difícil entonces roban y se vuelven corruptos. En los casos de reforma en el DAS cursa un proyecto en el Congreso. Hemos pedido unas facultades extraordinarias para adecuar la carrera en la base de detectives para mejorar el tema salarial, pero eso cuesta unos recursos y por eso estamos en ese debate con Planeación Nacional y el Ministerio de Hacienda. Otro proyecto que cursa en el Congreso pretende aumentar las penas a los funcionarios del DAS que estén inmersos en delitos.
 
Se habla de equipos desaparecidos.. 
Hasta la fecha no se ha perdió ningún equipo, pero de pronto la investigación descubre que sí.
 
¿Cree que hay alguna persona en el Estado detrás de las interceptaciones o existe un espionaje político? 
Lo que puedo decir es que hay una mafia organizada, interesada en desestabilizar la seguridad nacional. Si dentro de esa mafia hay funcionarios públicos del DAS u otra institución, tienen que pagar. Si asumimos que esto fuera verdad, que están grabando funcionarios del gobierno como el Ministro de Defensa, magistrados, al director de la Policía y al mismo director del DAS, pues es una información útil para venderla a la mafia que le puede interesar a los grupos ilegales.

Si la información de funcionarios le puede servir a un delincuente, entonces ¿por qué interceptar periodistas?
Me parece que atenta contra la libertad de prensa pero la investigación nos dirá respuestas. Cualquier ciudadano interceptado de manera ilegal debe sentirse igual de ofendido, así sea un periodista o funcionario público.
 
¿Qué herramientas utilizará el DAS para investigar a sus funcionarios?
El polígrafo es una de las herramientas de valoración. Hay unas pruebas psicológicas, hay entrevistas personales, valoraciones y pruebas de voz que se utilizan cuando un funcionario está en un cargo de alta responsabilidad. Pero esto no garantiza que una persona quiera delinquir. 

Interceptaciones  ilegales
¿Y cuál debe ser el procedimiento legal para una interceptación? 
La orden de interceptar una línea telefónica o correos electrónicos se hace a través de la Fiscalía, pero con una orden judicial. Es decir, uno de los investigadores, ya sea del DAS, de la misma Fiscalía o la Policía Nacional, son quienes le piden iniciar un proceso de seguimiento a celulares, teléfonos fijos o correos electrónicos.  Luego las autoridades envían a un Switch, un permiso tecnológico y en las salas de interceptación denominadas Vino, Plata y Amarrilla, se puede empezar a monitorear o rastrear las llamadas o correos. Después la Fiscalía le pide a los investigadores durante tres días hacer el respectivo seguimiento desde equipos móviles y fijos.