El Inpec también tiene sus Fuerzas Especiales
En manos de 167 hombres y seis mujeres de las Fuerzas Especiales del Inpec está la seguridad en las cárceles más peligrosas del país. Disparos, insultos y trampas colocadas por los internos son los obstáculos que deben sortear a diario.
El Grupo de Reacción Inmediata (GRI), funciona desde abril de 2000 y está integrado por 113 uniformados. Su misión es controlar los motines y evitar los secuestros de visitantes y funcionarios. Están autorizados para usar gases lacrimógenos y balas de goma.
El Cores (Comando Operativo de Remisiones Especiales de Seguridad) opera desde 1997 y cuenta con 60 miembros encargados de trasladar a las audiencias a reclusos peligrosos.
Su entrenamiento está a cargo de Esmad de la Policía (Escuadrón Móvil Antidisturbios) y el DAS. Estos se encargan de dictarles programas especiales relacionados con disturbios, protección a dignatarios y tareas antiterroristas.
La Modelo y La Picota de Bogotá; Bellavista (en Bello, Antioquia), Villahermosa (Cali) y Cómbita (Boyacá), son los penales que más requieren de su apoyo.
Entre amenazas e insultos
La preparación de estas Fuerzas Especiales está en manos del Esmad de la Policía (Escuadrón Móvil Antidisturbios) y el DAS. Ellos los instruyen en técnicas para enfrentar disturbios, proteger a dignatarios y tareas antiterroristas.
La dragoneante Zuleima Torres, lleva siete meses en el GRI y es una de las pocas mujeres que hace parte de estas Fuerzas Especiales. Tiene 26 años y no duda al asegurar que su trabajo es de admirar porque pocas personas se atreven a hacerlo.
Uno de los operativos que más recuerda fue el que realizó cuando apenas llevaba un mes de trabajo. La trasladaron a la cárcel de Bellavista y los recibieron a punta de bala. "Nunca bajé la guardia, siempre estuve a la expectativa sobre qué podía pasar. Para uno como mujer esto es muy duro, pero me gusta afrontar retos".
Para el cabo Carlos Julio Saldaña Carvajal, inspector del grupo Cores, las amenazas son el pan de cada día. Todos los reclusos las hacen, en especial los de mayor peligrosidad, pero insiste en que su misión es que cumplan las normas.
Dice que aunque el peligro es latente, sus hombres están preparados para enfrentarlo ante cualquier circunstancia.
Además del mini-fusil que utilizan para su protección , los uniformados cuentan con el apoyo de perros. Según el teniente Luis Ernesto Hurtado Jacinto, comandante de los grupos especiales, estos animales son los encargados de la detección de narcóticos y explosivos.
La directora del Inpec, Teresa Moya Suta, considera a los integrantes de estos grupos como seres excepcionales. "Hacen esfuerzos terribles, pasan semanas enteras viajando lejos de sus familias para recuperar el orden en un establecimiento carcelario. Son personas que se ha preparado y continúan capacitándose para dar lo mejor".