EL “MILAGRO” ECONÓMICO
Estos días el Presidente enteró al país de importantes "logros" en materia económica y, por la forma como se presentaron, todo pareciera indicar que se asiste a un verdadero prodigio en dichas materias. Por eso, con base en los guarismos del Departamento Nacional de Estadísticas (https://www.dane.gov.co/), se afirma que entre julio de 2013 y junio de 2014 la pobreza sufrió una caída "vertical, pues hoy es del 29,3 %; es más, se asegura que la indigencia extrema descendió en el mismo período al 8,4 %, con una disminución anual del 1,7 %, con lo cual "en este Gobierno 3,6 millones han salido de la pobreza" (fuente: EL TIEMPO.COM, 15-9). Incluso, se apunta que con ese ritmo antes de 2025 podría erradicarse del país la condición de la que aún padecen cerca de tres millones de colombianos; a ello se debe sumar que el Producto Interno Bruto durante el primer semestre ha sido del 6,4 %, lo que es un muy buen indicador.
Desde luego, aunque es cierto que las estadísticas muestran una tendencia positiva que debe destacarse, también lo es que algunos de esos fenómenos no son solo colombianos sino de toda América Latina, como dice la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) adscrita a las Naciones Unidas; es más, las cifras se deben mostrar en su real contexto y no como producto de la actividad aislada y triunfadora de quien mal conduce los destinos del país.
En efecto, para 2013 ese organismo afirmó que el desempleo bajó en todo el subcontinente latinoamericano, pero Colombia era la nación con mayor desocupación y la única con un índice de dos cifras (10,6 %); incluso, en contraste con los guarismos oficiales –para los cuales es del 9,3 %–, el Estudio económico fechado en agosto de 2014 (ver http://www.cepal.org/), advierte que durante los primeros cinco meses de 2014 la tasa de desempleo nacional se situó en un 9,9 %.
Y añade: "La economía colombiana conservó en 2013 un satisfactorio ritmo de crecimiento, que alcanzó un 4,7 %, resultado levemente superior al del año anterior (4,0 %)" y "tras un primer trimestre poco dinámico, la demanda interna reaccionó a las políticas de estímulo que impulsaron el consumo y la inversión". Es más, señala que así se haya controlado la inflación, en el período de enero a mayo de 2014, "se registra una tendencia alcista a causa del incremento del precio de la energía y una disminución de la oferta de alimentos, por lo que la variación anual de precios ronda el 3,0 %". Y, en lo atinente al indicador de la miseria extrema (fuente: Panorama Social de América Latina), hablaba para 2012 de índices de pobreza e indigencia del 32,9 y 10,4, respectivamente, que ubicaban a Colombia solo por encima de Paraguay y Bolivia; sin embargo, esos niveles aumentan de forma leve pese a las "buenas noticias" gubernamentales.
Así las cosas, debe quedar muy claro, no se ha producido ningún "milagro" económico y la corrupción, la pobreza, la inseguridad, la guerra y el dolor, son los más importantes estigmas que padecemos todos los colombianos; y, por supuesto, ha de advertirse que el manejo amañado de las estadísticas no nos pone a vivir con Alicia en el país de las maravillas, porque el hambre es un fenómeno real que aqueja y aplasta a millones de compatriotas y no asunto de frías estadísticas. Y, así se afirme que la colombiana es la tercera economía de América Latina, la verdad es que los corros de hambrientos de los semáforos y parques de nuestras ciudades –a diferencia de lo que sucede en países del entorno–, muestran que aquí se vive una catástrofe social de proporciones que no se puede disfrazar ni maquillar y que se requieren medidas serias y consistentes para erradicarla. En fin, dígase que ella no se elimina con la mermelada presidencial que no es para los pobres sino para los que "le dan cepillo" al embaucador de turno.