El millonario convertido en mendigo
UNO DE LOS equipos con más tradición en América, River Plate, está a noventa minutos de irse al descenso. Malas decisiones y campañas de pocos puntos tienen al equipo de DiStéfano, Passarella y Amadeo Carrizo a punto de jugar en la B. Otros grandes han vivido este calvario.
El equipo de Alfredo DiStéfano, de la Máquina de Pedernera, Labruna y Lousteau, el de Daniel Passarella y Ariel Ortega, el de Juan Pablo Ángel y Falcao García. Ese gran River Plate, camina hoy sintiendo en las plantas de sus pies el calor abrasador del descenso de categoría.
Luego de 110 años de historia del equipo de la banda cruzada, que dividió su barrio con Boca Juniors en un comienzo, que ha hecho del Monumental una especie de museo del fútbol, se encuentra en la situación más apremiante en su larga historia: está a noventa minutos de jugar en la segunda división del balompié argentino.
"Es la mala gestión del antiguo presidente, José María Aguilar, que dejó mal al equipo en lo deportivo y económico. Es triste ver cómo el equipo de tus amores, que te dio la oportunidad de debutar, está tan cerca del descenso", sostiene Juan Carlos Sarnari, exjugador de River e ídolo en Santa Fe, residenciado en Bogotá.
En Argentina, más allá del dolor y de los pocos nombres que se ven en la cancha, apuntan hacia arriba para encontrar el culpable.
"Que Dios te perdone, Daniel Passarella. Aquí, en la Tierra, no tenés perdón. Si River venía a los tumbos, malherido por la pésima gestión de (José María) Aguilar, vos le diste un tiro en el corazón. Lo mataste. Nos mataste a todos. Tuviste un año y medio para enderezar esto y nos mandaste a la B, Passarella", sostiene la columna de Leo Farinella, hincha y periodista del diario Olé especializado en River Plate.
Passarella, campeón y símbolo del River de los 80, acusado de ser hincha del archirrival Boca, es el actual presidente. Aguilar fue el anterior, hombre que debió ver como su casa era pintada y atacada en la noche del miércoles por hinchas furiosos.
El equipo de la Banda vive el sufrimiento de su propio invento. O su amaño. En 1982, cuando deambulaba por los últimos lugares del torneo Metropolitano, la Asociación del Fútbol Argentino determinó cambiar su sistema, y en vez de enviar a la B al último de la tabla, decidió hacerlo por promedio de los cuatro últimos torneos. Así se salvó y mandó, en aquella oportunidad, a Racing de Avellaneda.
El miércoles River perdió el primer partido de la permanencia ante Belgrano de Córdoba por 2-0 en la cancha del Barrio Alberdi, de visita. El Millonario tendrá que ganar por dos goles de diferencia para seguir en la primera. Un resultado distinto lo condenará a estar en el Torneo Nacional B, segunda categoría del balompié gaucho, tierras que nunca ha pisado, siendo el único de un trío que completan Boca Juniors e Independiente de Avellaneda.
Para el Nene Sarnari, en el fútbol puede pasar todo. Pero River está más cerca de la B. "Por cómo está jugando, le va a costar mucho darle vuelta. El descenso sería lo peor que le puede pasar a tu equipo. ¡Lo peor!".