El pico y placa le resta a Alonso Salazar
Al alcalde de Medellín, Alonso Salazar, no le fue nada bien en la última medición de la encuesta Gallup sobre gestión, aunque sigue conservando altos niveles de popularidad entre los ciudadanos.
Su decisión de extender la medida del pico y placa para los carros durante todo el día generó inconformidad en la ciudadanía, que hoy lo castiga con 13 puntos menos en la calificación de su gestión, según el análisis de Jorge Londoño, gerente de Gallup.
En abril, 75 de cada 100 medellinenses le daba buena nota a la administración, hoy el número desciende a 62.
Esa caída hubiera sido menos dramática entre el 27 y 29 de junio, cuando la gestión del alcalde alcanzaba una nota del 70 por ciento. La algarabía nacional por el rescate de secuestrados provocó, en cambio, un mayor descenso en la percepción positiva de la administración de Salazar que para entonces estaba sumida en una polémica por el pico y placa. El éxito del Gobierno no le sirvió a la popularidad de Salazar.
De la mano de esa calificación negativa viene la percepción de si las cosas están mejorando o empeorando en la ciudad. Y allí, contrario a la tendencia que siempre mostró Medellín a nivel nacional, el optimismo cedió terreno. Hoy, el 74 por ciento cree que vamos por buen camino, mientras que hace dos meses lo creía el 76 por ciento.
Aunque no es muy significativo el descenso, si lo es el hecho de que si no se hubiera dado la Operación Jaque y el alcalde Salazar no hubiera decretado el pico y placa para todo el día, Medellín habría crecido en optimismo a un 80 por ciento.
Y aunque al gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, los ciudadanos le ponen nota alta a su administración (68 por ciento) perdió puntos con respecto a la medición de abril (70 por ciento).
Ese porcentaje lo ubica por debajo de su homólogo de Atlántico, Eduardo Verano, quien alcanza una aprobación del 70 por ciento, e iguala en la calificación al del Valle, Juan Carlos Abadía.
A Ramos también lo impacto negativamente la Operación Jaque, pues antes de ella, entre el 27 y 29 de junio, hubiera sumado tres puntos a su favor. Al parecer, el éxito de Uribe minó la percepción de los mandatarios locales en Antioquia.
En Bogotá, en cambio, la Operación Jaque sirvió para catapultar los ánimos. En junio el optimismo era del 58 por ciento y después de la acción militar subió al 65 por ciento, un punto menos que lo registrado en abril.