El póquer al poder
No se les puede creer ni lo contrario de lo que insinúan. Tienen mucho de actores. Mienten por negocio. Dicen la verdad por accidente. O por conveniencia. O azar. Viven en estado de falso positivo perpetuo. Clonaron la enigmática sonrisa de la Monalisa para despistar al rival.
Dicen lo contrario de lo que piensan. O al revés. Por dentro de ellos asustan. No tienen principios sino un fin: la victoria. Tranquilos que "sólo" se trata de los jugadores de póquer. El domingo cumplimos un año de estar por cuenta de uno de ellos, el presidente JMSantos.
El póquer es como la vida, ha dicho, calumniando a la vida. O al póquer.
Antecesores suyos jugaban tenis para sacudirse el estrés que genera el poder. Nunca faltan trepangos dispuestos a "construir país" dejándose ganar del príncipe.
Debe haber más de un lagarto listo a arruinarse con Santos al póquer. Mejora el currículo tutearse con quien ganó las elecciones con un programa pero gobierna con otro. Exótica forma de escalar en política. Tan insólito como derrotar una escalera flor con par doses.
Los furibistas quedaron viendo un chispero. Los que no votamos por JMS estamos güetes con su forma de barajar. Se nos contagió su pragmatismo.
En su elogio del póquer, Santos ha dicho que enseña a medirle el aceite al prójimo, cañando, arriesgando. Roosevelt aprovechaba el juego para allegar información privilegiada.
JMS sostiene que para triunfar es preciso conocer bien las reglas de juego. Y tener paciencia. "No te canses de pasar", aconseja Santos, recordado por sus compañeros de pupitre de Kansas University.
Lo cuenta el periodista Tyler Bridges en el mejor perfil que he leído del mandatario. Lo escribió para la revista de la Universidad. Santos se confiesa un "peleador de barriada", capaz de darle en la jeta a cualquiera.
Alguien le aconsejó que si quería tener influencia siguiera en el periodismo. Si deseaba el poder real, debía dedicarse a la política. Reacción primaria de Juanma, como le dice su séquito: "Me sentí como si estuviera siendo descrito como un ambicioso hijo de ? "(favor llenar los inofensivos punticos).
En Kansas, cuenta Tyler traducido por Hernando Jiménez (autor de la novela " Un siglo de ausencia ", Página Maestra Editores), Santos arrasaba al póker sábados y domingos. Luego se clavaba en la biblioteca a estudiar como todo un nerd.
Mezclaba póquer con rock. Que no falte la maracachafa. "Sí, yo inhalé", el verbo en inglés por meterse un cacho. Sospecho que su arrepentido mecenas el ex presidente Uribe, ignoraba semejantes trotes.
Otras confesiones de JMS a Bridges: "No se llega adonde yo estoy siendo solamente un buen tipo... A veces hay que pasar por encima de la gente... La política es algo que saca lo peor de la condición humana. Pero si se usa correctamente es muy gratificante". Les dejo el cuero.