El regreso inesperado del vinilo
Tal vez fue un ataque de nostalgia. Tal vez fue un experimento. En todo caso, el año pasado mandé arreglar mi viejo tocadiscos, compré un dispositivo y un cable para conectarlo al amplificador digital y saqué del cuarto de sanalejo mi vieja colección de música clásica en discos de vinilo. Me sentí feliz escuchando un concierto de música barroca inglesa que tenía guardado hacía más de diez años.
Digo que fue un ataque de nostalgia porque hago parte de una generación que ha visto desaparecer radios y televisores de tubos, tocadiscos, discos de vinilo y casetes de cinta. Cuando apareció el Compact Disc, mi generación también vio esfumarse de los catálogos de las disqueras colecciones completas de música que no volvió a grabarse jamás. O lo que es peor: se grabó de nuevo "remasterizada", cambiando su formato original. El resultado: grabaciones planas, frías, imposibles de comparar con un concierto en vivo o sintonizado en un viejo radio Telefunken.
Digo que fue un experimento porque desde que compré el primer Compact Disc, el inolvidable crítico Luis Alberto Álvarez me dijo: "No vaya a botar los discos de vinilo. Las grabaciones analógicas de antes eran hechas por artistas. Las digitales las hacen equipos de ingenieros". Por eso decidí guardar los mejores.
Los discos de vinilo de larga duración fueron lanzados al comercio en 1948 por la empresa disquera CBS. El CD apareció en 1985 y pronto se apoderó del mercado de la música en todo el mundo. En pocos años, los vinilos y los casetes se convirtieron en objetos de la edad de piedra. Luego aparecieron los iPods y los reproductores MP3. Hoy, hasta el CD se encuentra en vías de extinción. Ha sido reemplazado por el DVD. Y parece que muy pronto será enviado al más allá por el Súper Audio CD, un tipo de disco óptico desarrollado por Philips y Sony, diseñado para reproducir audio de alta definición "buscando la misma calidez del vinilo".
Por todo esto he leído con sorpresa las noticias sobre el vinilo de las últimas semanas.
El viejo vinilo que muchos daban por muerto está volviendo en forma inesperada gracias a los melómanos, a los disc jockeys y a algunos grandes conjuntos de rock. En Estados Unidos, según Thomas Bernich, propietario de una fábrica que produce vinilos en Nueva York, "los únicos comercios de música que han logrado sobrevivir son aquellos que dedican un importante porcentaje de su espacio a los vinilos". Scott Neuman, presidente de ForeverVinyl.com, una tienda de discos en internet, asegura que las ventas de vinilos nuevos están superando por primera vez las de los usados.
En Europa, Planeta de Agostini lleva varios meses vendiendo con éxito en los quioscos de España una colección de vinilos de jazz. Joan Carles Vilella, director de la Fira del Disc en Barcelona dice que desde hace tres años las ventas de vinilo han subido de forma espectacular. "La gente compra mucho vinilo y no sólo en España, sino en todas las ferias europeas. El vinilo ha regresado. El CD es historia. Se lo han cargado no sólo los piratas, sino las mismas discográficas". Vicente Viguera, encargado de una tienda de equipos de alta fidelidad, dice: "Estamos volviendo a vender muchos tocadiscos. Y también estamos reparando muchos que la gente tenía olvidados en sus casas". Se calcula que desde 2005 la venta de discos de vinilo ha crecido en forma ininterrumpida un 200%. Además, hay nuevas marcas de tocadiscos con nuevas tecnologías. En Japón, ya está en el mercado un tocadiscos láser para reproducir discos de vinilo.
Puede ser que la historia de mi tocadiscos haya sucedido en medio de un ataque de nostalgia. Pero confieso que después de volver a escuchar los conciertos barrocos en el disco de vinilo, comprendo mejor las palabras de Neil Young: "Cuando oyes un CD, en realidad, no estás escuchando música, sino códigos y dígitos, tonos y frecuencias que recrean el sonido de la música". En fin, el disco de vinilo es un formato de reproducción de sonido basado en la grabación mecánica analógica. No hay conversiones ni compresiones que echen a perder el rango dinámico de los instrumentos. Y aunque para muchos sea un artículo obsoleto, para mí sigue siendo un objeto de culto a la música.
Que sean largos los días para el disco de vinilo.