El taxista honrado

Encontrar un "pobre, pero honrado" no es cuestión de cuento. Hay, a nuestro alrededor, seres de carne y hueso que dan ejemplo de aquellos valores que deben seguir siendo cultivados entre los hombres para que la sociedad tenga en qué cimentarse.

Frente a la tumba de su abuela, de quien recibió esas enseñanzas, el taxista honrado, Óscar Muñoz, tomó la decisión de devolver el maletín que un ciudadano coreano había dejado olvidado en su vehículo de servicio público. Óscar también pasó a ser un hombre que honra a su ciudad, pues ante los ojos del empresario extranjero, puso muy en alto el nombre de Medellín.

Estas lecciones de personas humildes, que suelen ser exaltadas por los medios cuando ellas ocurren, más que parecernos insólitas nos deben producir la satisfacción de confirmar que la honestidad vale más que el dinero.