Desde una puntilla hasta un tractor

Hace 40 años la cultura de los fertilizantes era incipiente en Antioquia. Los pastos crecían libres bajo el agua y el sol y los agricultores trabajaban de una manera menos tecnificada, sin ver en estos un cultivo como tal. Pero la incursión de Pérez y Cardona S.A.S., significó el surgimiento de una nueva cultura en el campo en cuanto al uso de fertilizantes en los pastos para tener más vacas por hectárea, según refiere María Teresa Pérez Jaramillo, gerente comercial de la compañía. Este es uno de los antecedentes con los que esta empresa, propietaria de los supermercados agropecuarios Tierragro, y caracterizada por su labor social, alude a sus inicios, justo en la celebración de sus cuatro décadas de fundación.

El campo fue desde un principio el alma de esta compañía, que empezó con un empleado y hoy genera 200 empleos directos y 500 indirectos en Antioquia.  Los primeros recuerdos de la compañía que tiene Antonio José Pérez, presidente y fundador de Pérez y Cardona, lo llevan hasta Guayaquil, donde quedaba la plaza de mercado de Medellín. “Empezamos con una comercializadora de papa, con envíos a Barranquilla, y de regreso, para compensar fletes, se traían fertilizantes. Ahí comenzó el camino hacia la distribución de fertilizantes  al por mayor”, relata el directivo, sobre esta empresa fundada en asocio con Eduardo Cardona y que, después de 14 años, pasó en un 100 por ciento a la familia Pérez Jaramillo.

Luego de tres años de apuntarle al comercio interdepartamental en el suministro de papa, se dio inicio a la comercialización de fertilizantes, a pesar de tener como competencia
una empresa con 10 años en el mercado, y que fue una de las principales barreras a superar. Paralelo a su razón de ser, la firma dio inicio a la prestación de servicio técnico en el campo, el cual se fortaleció con la llegada de vendedores externos, profesionales de las áreas agropecuarias que también prestaban asesoría a los campesinos y que, más adelante, entraron a conformar el departamento técnico que funciona en la actualidad.

Una buena cosecha
Con la propiedad de quien conoce y valora el campo como parte de su origen y el de su familia, María Teresa Pérez da forma a su propia visión de los aportes de la compañía en cuanto al desarrollo  económico y social en un sector con gran potencial en Colombia. “Cuando se comenzó con la comercialización de fertilizantes se invitó a los comerciantes para que crearan empresa  con base en los fertilizantes. Ellos creyeron en nosotros y, en la actualidad, tenemos un canal de distribución de 300 puntos en los 125 municipios de Antioquia”, refiere.

Aparte de la labor social y ambiental, en la que se brindan jornadas de capacitación técnica a los agricultores para enseñarles a maximizar el rendimiento de los insumos y a lograr mejores cultivos, la integralidad en la oferta de productos es uno de los elementos diferenciadores que explican el posicionamiento de esta firma en el mercado.
Iván Darío Mejía Arroyave, gerente general, resalta en este proceso la creación de algunos almacenes que les permitieron tener distribuidores y bodegas de respaldo en los municipios, para facilitar al consumidor el obtener los productos en un tiempo apropiado. Según él, se creó luego el concepto de los supermercados agropecuarios Tierragro, almacenes más amplios, cómodos  y con una oferta variada, cuya filosofía ha sido “hacer del campo un mundo mejor, y hoy se enfocan en ofrecer “desde una puntilla hasta un tractor”, con la distribución de insumos desde sus sedes en Medellín, Itagüí, Bello, Llanogrande, San Pedro y La Unión.

El verde de los pastos es ahora más luminoso en el campo antioqueño, lo que agradecen también a sus cerca de 500 proveedores, en especial a Monómeros, Proficol, Colinagro, Progen y   Nestlé Purina, así como a los clientes, empleados y bancos. A mediano y largo plazo buscan crecer y llegar también con sus cerca de ocho mil referencias al consumidor de otros sitios de Colombia, con la idea, eso sí, de apoyar tanto a los grandes productores como al ama de casa.