Histórico

Socoda le da vida al acero inoxidable

El material permite hacer nuevas creaciones durables y con diseño.

19 de junio de 2013

Muy pocas personas saben que Socoda, el mayor transformador de acero inoxidable de Colombia, nació en Medellín hace 60 años y que su nombre corresponde a la sigla de la Sociedad de Constructores de Antioquia. Mucho menos se imaginan que esta empresa, con tres plantas de producción y 500 empleados, facturó en 2012 más de 40 mil millones de pesos  y este año espera cerrar ventas por 80 mil millones de pesos.

Para Andrés Bejarano, gerente general de Socoda, las cifras son fundamentales. En ellas se basan los planes de expansión y las líneas de negocio que han hecho posible el  crecimiento de la empresa. Bejarano dice que están creciendo con un promedio del 10 por ciento anual, y que si bien la línea hogar representa un 60 por ciento de los negocios, esperan  que en unos años aumente la producción de la línea institucional que actualmente representa más del 20 por ciento de los negocios y que es donde ven mayores posibilidades de mercadeo en el futuro. La otra parte de la torta está en los proyectos urbanísticos en los que también son líderes.

Transformación
Para Socoda la transformación, no solo del acero sino de sus propios nichos de mercado, han sido las claves del éxito y el crecimiento empresarial. Durante la primera década pasaron de fabricar elementos metálicos en general a crear exclusivamente mesones de cocina. En la segunda comenzaron a fabricar y comercializar cocinas completas, incluyendo otros materiales como maderas y melaninas. Ese siguió siendo su fuerte aunque con cambios que aprovecharon el auge constructor. Ahí fue cuando pasaron a la fabricación en masa. Para eso, reconocen, fue fundamental  la apertura de grandes superficies de almacenes que acercaron a los clientes. Fue entonces cuando produjeron la línea práctica: una especie de juego de “Lego”, en el que cada familia  arma su cocina dependiendo del espacio y la capacidad adquisitiva. En la actualidad adelantan convenios para que los constructores de viviendas de interés social entreguen las casas con el “Mesón Vital”, que es el corazón de la cocina y que permite hacerle la adaptación de muebles por etapas beneficiando así a la base de la pirámide.

En los últimos años identificaron oportunidades en la fabricación de una línea urbana y empezaron a construir paraderos de buses y casetas de ventas regulares en Bogotá, Barranquilla, Medellín y otras ciudades. A esos negocios ahora se le suma una línea institucional y otra penitenciaria, la primera responde a locales comerciales y hospitales y tiene  demanda especial de mesones de laboratorio y estaciones de lavado. La segunda atiende los requerimientos de seguridad de las cárceles de mediana y alta seguridad en Colombia y Latinoamérica. Para esta última línea, la penal, crearon espejos hechos con acero, que impiden actos vandálicos y que cumplen iguales funciones que el vidrio. Estas dos líneas les han permitido hacer parte de los grandes proyectos inmobiliarios del país, como son el Hospital San Vicente Fundación de Rionegro (Antioquia), la Clínica Portoazul en Barranquilla, Los Nogales en Bogotá y los nuevos centros de reclusión de Latinoamérica. Esperan que estos nuevos negocios sean la base para permanecer más años en el mercado.