Histórico

En el Metro ya iniciaron los juegos

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28 de octubre de 2009

Xiomara, Diana y las otras 28 estudiantes del Cefa que participaron en el simulacro de transporte de ayer se tuvieron que levantar a las tres de la madrugada para llegar a tiempo.

Era la primera vez en la vida que se levantaban a esa hora. "Y la primera también que íbamos al Centro antes del amanecer, todavía tan oscuro", añadió Xiomara.

Es que los profesores las convocaron a las cuatro de la madrugada, porque a esa hora saldría el bus en que las transportarían hasta la estación La Aurora.

"Esas calles estaban solas -comenta Óscar Bustamante, el profesor de Educación Física, que las acompañaba-. Sólo unos cuantos indigentes durmiendo por allí y nadie más. Cuando les anunciamos la hora de entrada, hace unos días, los padres de familia se inquietaron un poco".

Todos estos comentarios los hacían en la fila para abordar el metrocable. Vestidas con el uniforme de educación física, sudadera y camiseta con los símbolos de la institución, sobre sus pechos lucían la escarapela con el nombre del deporte que representaban, en compañía de otras 82 estudiantes de la Javiera Londoño y el Lucrecio Jaramillo: «boxeo».

Óscar, como sus homólogos de otros 11 colegios, les había explicado días atrás que se trataba de un simulacro del transporte en el metro, con miras a los Juegos Suramericanos de marzo de 2010. Ellas harían las veces de los deportistas que se alojarán en la Villa Olímpica de La Aurora. Y como éstos, ellas ayer tomarían el cable primero y, después, el tren en la estación San Javier y se desplazarían a la subsede que les corresponderá: en su caso, Sabaneta.

Boxeo era el primer grupo en salir. A las seis de la mañana, los organizadores pusieron a andar sus cronómetros e hicieron pasar a los estudiantes, seis por cabina -aunque éstas estén diseñadas para ocho-, previendo que los deportistas andarán con sus grandes y pesados morrales con vestuarios e implementos.

Dos cabinas para los seudodeportistas, dos para los usuarios habituales y otras dos vacías y dispuestas a recibir a los viajeros que abordaran en estaciones del trayecto. Como estaba previsto, a las 6:15 pasaron a cabinas las últimas de boxeo, acompañadas por Mireya Ospina, una de las 2.500 voluntarias de los Juegos.

En San Javier, la plataforma de abordaje estaba como todos los días a esta hora: con una veintena de pasajeros esperando el metro, diseminados por el espacio.

Los jóvenes del simulacro ni siquiera se notaban: los situaron detrás de las escalas y, con vallas, cerraron el espacio de la plataforma correspondiente al último vagón y, cuando el metro llegó, abordaron sin problema.

Uno de los pasajeros habituales de esta estación, Oswaldo Bustamante, un empleado de oficios varios de una cadena hotelera, dijo que no tuvo contratiempo alguno. "Sabía que habría un simulacro, pero como acostumbro salir temprano de la casa para llegar al sitio de trabajo con unos 20 minutos de anticipación, no me preocupé, porque pensé que lo más que podría retrasarme serían cinco minutos, pero ni siquiera eso sucedió; todo ha estado normal", dijo y abordó el tren.