En la calle, se rajó el salario mínimo
A PARTIR DEL primero de enero empezó a regir el nuevo salario mínimo, fijado por decreto en 532.500 pesos. Se oyen las voces acerca del aumento del 3,4 por ciento, que corresponde a 17.500 pesos y que para muchos no alcanza a cubrir los gastos básicos.
El salario mínimo se fijó por decreto en 532.500 pesos para 2011. Y se tuvo que hacer así porque en la mesa de concertación, empresarios, obreros y Gobierno no lograron ponerse de acuerdo.
El aumento decretado, del 3,4 por ciento, corresponde a 17.500 pesos adicionales a lo que se ganaba un asalariado en 2010.
Y con ese dinero, el trabajador debe pagar arriendo, servicios públicos, comida, transporte, entre otros rubros. Claro, la situación se le complica si es cabeza de hogar y el dinero lo debe repartir con su pareja e hijos.
Por eso, los representantes sindicales no escondieron su decepción ante el porcentaje del incremento del salario mínimo, mientras los empresarios se mostraron satisfechos.
El Gobierno dijo que el ajuste incrementaría el poder adquisitivo, ya que se encuentra casi un punto por encima de la inflación.
Pero en las calles, la percepción es otra. EL COLOMBIANO les preguntó a varios ciudadanos su opinión acerca del aumento decretado y no dudaron en expresar su descontento.
"Ese aumento es súper injusto para nosotros los asalariados, porque 17.500 pesos no son ni los pasajes de una semana. No nos da con qué vivir. Ya empecé a calcular los gastos de este año, y vamos a quedar debiendo, porque no nos da", expresa Diana Patricia Acevedo.
Héctor Moscoso comparte la opinión de Diana y añade que "le suben al salario, pero enseguida le suben a todo lo demás, entonces quedamos en las mismas. Tan sólo el aumento en las matrículas de mis dos hijos ya es un dolor de cabeza".
Y Luz Dary Rodríguez opina que las grandes empresas del país están en capacidad de dar un poco más a sus empleados.