En Santa Inés, el miedo frenó buses
DESPUÉS DE TRES días continuaba ayer el paro de transportes en este sector de la comuna Nororiental. La Policía vigila la zona durante las 24 horas del día para garantizar la seguridad. Conductores se ven obligados a pagar "vacuna" a los combos.
Sin transporte público se encontraron ayer, por tercer día consecutivo, cientos de personas en el sector nororiental de la ciudad, como consecuencia del paro de actividades que cumplen los transportadores, debido a las amenazas que pesan sobre ellos, provenientes de los combos.
El mayor problema se concentró en los barrios Santa Inés, Santo Domingo Savio, Granizal y El Carpinelo, en los que sus habitantes se vieron obligados a movilizarse en taxis u otros medios, con un sobrecosto para sus bolsillos.
Luego de que el viernes fuera incinerado un bus de la empresa Coopetransa, el 80 por ciento de sus conductores se vincularon al cese de labores, en gran medida, motivados por el temor que sienten frente a las represalias que contra ellos puedan tomar algunos de los combos que operan en el sector, en especial, el denominado El Desierto. "Ellos buscan que nosotros les paguemos una vacuna de $20.000 diarios", comentó uno de los buseros, que por razones de seguridad no reveló su identidad.
Lo que quieren los conductores, quienes pierden alrededor de 80.000 pesos diarios con el cese de actividades, es que la Gerencia de Coopetransa, hable con ellos para buscar una solución, que les permita reanudar la prestación del servicio.
El sábado, día en el que comenzó el paro, en una reunión a la que asistieron voceros de las Secretarías de Gobierno y Transporte, miembros de la Policía, directivos de la empresa Coopetransa y representantes de los conductores, se llegó a un acuerdo para levantar el paro antes de las 6:30 de la tarde, luego de que las autoridades garantizaran la seguridad en la zona.
Jorge Ceballos, subsecretario de Orden Civil, comentó que ayer recibió con sorpresa la noticia de que todavía continuaba el paro ya que, tras el acuerdo del sábado, las labores debían normalizarse.
Para el funcionario, el problema de fondo no tiene que ver con el tema de seguridad porque, a su juicio, se han dado todas las garantías, sino, más bien, con un desacuerdo interno entre directivos y conductores de la empresa. "Es imposible que por problemas de orden interno se vea afectada la comunidad", agregó Ceballos.
Los usuarios de la ruta 69, que es la que se encuentra paralizada, coinciden en que lo más complicado a raíz de la situación, es que les ha tocado transportarse en taxi o, en el mejor de los casos, en los buses de otras empresas que no circulan exactamente por el mismo sector. "Me parece algo absurdo de parte de los conductores. Nosotros somos los perjudicados con este paro porque para donde vamos sólo pasa una ruta y no tenemos cómo transportarnos" , dijo un habitante de Manrique.
Lo que es un hecho es que la Fuerza Pública ejerce un control total sobre la zona.
Según el comandante del Distrito de Oriente de la Policía, Andrés Lázaro, cumpliendo con lo pactado con los transportadores se está haciendo presencia las 24 horas del día garantizando la seguridad de los conductores pero sobre todo, la de los usuarios de los buses.
"Les pedimos a los residentes que tomen el servicio de bus en los paraderos de seguridad, en los que tenemos presencia de la Policía", dijo el oficial.