En tierra de fieras hay Leones indomables
CAMERÚN ES LA selección africana más tradicional en las Copas del Mundo. Llega con su gran goleador, Samuel Eto'o como estandarte de un equipo que quiere volver a las mieles del triunfo, tal como sucedió en Italia-1990.
Es la tradición del Continente Negro. Una especie de México o Corea del Sur en África. El Mundial no es lo mismo sin Camerún.
Su encanto pasa desde el bailecito de Roger Milla en 1990 hasta los fogonazos de fútbol rápido y eficaz de su capitán Samuel Eto'o.
Desde su aparición intempestiva de 1982, su gran participación llegando a cuartos en 1990, se volvió habitual ver a los jugadores del feo combinado en su uniforme, pero de un fútbol fiel réplica de la forma de vivir de África: potente, rápida, fornida.
Pero estos leones apenas son una manada de cachorros, con un par de fieras mayores. Es un equipo en transición, que se acerca al final de una generación dorada y espera la aparición de otra igual de exitosa.
Un claro ejemplo es el atacante del Inter de Milán, Eto'o, recientemente nombrado capitán y quien ayudó a la selección a salir de una posición difícil en las eliminatorias y asegurarse la sexta participación en mundiales, récord para el continente.
"Hemos conseguido que la gente vuelva a creer en este equipo. Supone para todos nosotros una hazaña jugar en un Mundial, especialmente en uno que se organiza en África. Somos peligrosos porque tenemos una buena mezcla de experiencia y hemos aprendido a jugar juntos", explica Samuel Eto'o, delantero de Camerún, y gran figura del equipo de Paul le Guen, un francés que revive como entrenador en la tierra africana.
Tras pasos por su país natal y Escocia, quien fuera llamado el nuevo Arsene Wegner (técnico del Arsenal de Inglaterra), Le Guen firmó un contrato por cinco meses con Camerún y tuvo la tarea de enmendar una floja campaña de clasificación del equipo. Lo logró y fue premiado con el viaje, corto por demás, a Sudáfrica.
Parte del andamiaje de Le Guen la soportan Geremi y Rigobert Song, quienes se acercan al final de su carrera. Su veteranía contrasta con la inexperiencia de hombres como Jean Makoun y Stephane Mbia, quienes aún no logran convencer que tienen el potencial para ser los líderes del grupo. Pierre Webó, que despuntó en el Nacional de Uruguay, aparece como el repuesto inflado en el momento en que Eto'o pierda su poder en ataque.
Por eso, por sus consagrados y los que buscan un lugar, los viejos leones siguen siendo los peligrosos, tal como lo hizo Milla y su baile con muchos calendarios encima. Es la pura evocación de una poderosa Camerún, que quiere jugar como si estuviera en casa.