En vacaciones quedó el espíritu de David
Marta Norela García no quiso entrar ayer al salón, el recuerdo de su alumno Juan David Ríos, sentado en el segundo puesto de la primera fila de 11A, de la Institución Educativa Pío XII, le impide pasar al aula sin derramar lágrimas de tristeza.
"Las cosas de la vida. Yo decidí que al primero que viera llegar a montarse al bus para Cartagena le daba un escapulario para que los cuidara a todos. Juan David fue del último que me despedí", dice esta maestra que perdió a uno de esos alumnos inolvidables.
Juan David se cayó el pasado martes del piso 17 del hotel en Bocagrande, Cartagena, donde estaba de excursión de grado junto a más de 40 compañeros de estudio.
Sentada en el corredor del colegio Pío XII de San Pedro de Los Milagros, Marta espera que alguien de la familia pase a reclamar las calificaciones de Juan David, el número 35 en la lista del salón, el hincha furibundo del Poderoso, el arquero del equipo de microfútbol de 11A.
"A él le costaba estudiar, yo vivía encima de él pidiéndole que estudiara, pero era un gran muchacho, siempre nos hacía reír", dice Marta.
Pero nadie irá por las últimas calificaciones de Juan David y las que le permitieron graduarse de bachiller el pasado 27 de noviembre. Un excelente en ciencias políticas y otro más en comportamiento social, sobresalen entre las calificaciones que su maestra sostiene en sus manos. Nadie irá porque su familia, sus compañeros de estudio y sus amigos del barrio El Hoyito, esperan la llegada del cadáver de Juan David en la sala de velación, mientras comparten anécdotas de los años vividos a su lado.
San Pedro de los Milagros despedirá hoy a Juan David al darle sepultura.
Dos años preparando un sueño
Para poderse pagar la excursión de graduación a Cartagena, Juan David vendió boletas durante dos años, y completó la suma con lo que su papá le pagaba por ayudarle a ordeñar las vacas en la finca, tarea que hacía en las mañanas antes de irse a estudiar.
"Ese día estaba desesperado, muy ansioso, ni siquiera quiso almorzar. Los últimos días no hacía sino hablar de la excursión. Se despidió de mi a la carrera, a duras penas me dio un beso y se montó en el bus", así narra su hermana Sandra los últimos minutos que vio con vida a su hermanito menor.
Otro de los grandes sueños de este joven era ingresar a la Armada Nacional, y el primer paso para cumplirlo lo daría este 10 de diciembre cuando debía presentarse a prestar el servicio militar. "Él decía que por ahí iba a comenzar y luego iba a buscar contactos para poder entra a la Armada", cuenta Sandra.
El alma de la casa, el del chiste preciso para cada momento, el deportista consumado, así será recordado el joven de 17 años.
"Él le ponía apodos a todos los compañeros, hacía charlas pesadas y nos hacía reír mucho", dice Yurani Marín, compañera de Juan David.
"A todo le sacaba chiste, le ponía buen humor a cada momento", replica Andrés Felipe Muñoz, otro de sus compañeros de clase.
El diploma de bachiller que recibió Juan David hace ocho días junto a una veladora y las banderas a media asta de su colegio y del municipio, con una cinta negra en señal de luto, fue el homenaje que la Institución Educativa Pío XII le rindió ayer a Juan David, mientras su familia esperaba recibir sus restos para despedirlo, esta vez para siempre.