Escándalos, los colados del reinado
Los primeros escándalos del Concurso Nacional de Belleza fueron por cuenta de los desfiles en traje de baño. La Iglesia Católica se oponía rotundamente a que las candidatas estuvieran por ahí ligeras de ropa.
En 1947 la representante de Bolívar, Piedad Gómez Román, quien fue elegida ese año como soberana nacional, le prometió al obispo de la época que no posaría en vestido de baño para los reporteros gráficos.
En 1957 el clero volvió a prohibir la utilización de la pecaminosa prenda, que por entonces se lucía con falda. En 1954 la paranoia fue tal, que la Señorita Valle, Stella Márquez Zawaszky, habló con el Nuncio Apostólico para que evitara que los organizadores la obligaran a presentarse en traje de baño y así no perder su cupo en el colegio.
La solución fue salomónica: las niñas salieron a pasarela luciendo bellos pescadores y las más atrevidas llevaron short.
Y es que el vestido de baño no tenía muchas adeptas en la época. En 1961 la prensa comentó que la gran favorita para llevarse la corona ese año, la candidata de Caldas, Luz Marina Gómez, quedó de Virreina debido a su negativa a presentarse ataviada así ante el jurado calificador.
Con el transcurrir de los años, el vestido de baño paso a un segundo plano. Esta vez los escándalos se produjeron por cuenta de los vínculos de algunas candidatas con presuntos narcotraficantes.
La danza de los millones
Eran los años noventa. El lujo y la ostentación invadieron las pasarelas del concurso, donde se podían ver candidatas vestidas de Cleopatra y trajes de coronación bordados con más de cuatro mil perlas.
Las comitivas cada vez eran más grandes, los hoteles cinco estrella no daban abasto. Algo raro sucedía... Los cuestionamientos no se hicieron esperar, ya que Colombia era un país muy pobre para permitirse tanto derroche.
Los personajes de zapato blanco, grandes cadenas de oro y dinero de sobra habían llegado a Cartagena. En un operativo antinarcóticos las autoridades encontraron cartas de amor dirigidas a integrantes del desarticulado cartel de Medellín escritas por Claudia Patricia Escárraga, Señorita Guajira 1991 y Claudia Milena García, Señorita Santander 1989. Luego se descubrirían los lazos sentimentales de la ex reina del Vichada, Luz Adriana Ruiz con el extraditado Pastor Perafán.
La Tinoco
Otro caso escandaloso fue el de la Señorita Colombia 1990, la barranquillera Maribel Gutiérrez Tinoco. Primero, porque su elección fue bastante sospechosa. El computador falló y la gran favorita Mónica María Escobar Freydell, de Caldas, fue relegada al tercer lugar. Segundo, porque tras su tímida participación en Miss Universo renunció al trono para casarse con su novio y patrocinador, Jairo Durán, quien fue asesinado y señalado de ser uno de los capos de la droga en la costa atlántica.
También se trató de vincular a Armando Gómez, papá de la ex Virreina universal de la belleza, Carolina Gómez Correa, con actividades relacionadas con el lavado de dólares. Sin embargo, nunca se comprobó nada y las actuaciones de Carolina siempre fueron intachables. La integrante de la dinastía Sáenz, Kathy, virreina nacional en 1991, fue detenida en 1994 en España por tráfico de dólares falsos. Tras esclarecer la situación, la reina fue dejada en libertad y se estableció que los dólares pertenecían a uno de sus amigos.
La señora que quería ser reina
En 1993 llegó lo impensable. Catherire Sánchez Hernández, la representante del departamento de Amazonas, estaba casada. El revuelo fue total. Los organizadores del certamen, en cabeza de Patricia Moreno, entonces chaperona del Concurso, salieron ante los medios de comunicación a desvirtuar la información que un noticiero de televisión había dado como primicia.
Fueron instantes de tensión, hasta que la señora amazonas vio que era imposible mantener la farsa y tuvo que salir por la puerta de atrás. Además de casada tenía dos meses de embarazo. Todo se trató de una apuesta entre amigos.
A partir de ese año las medidas de seguridad se extremaron. La documentación de las candidatas se mira con lupa y el reglamento es cumplido al pie de la letra. A tal punto que algunas aspirantes que han sido descalificadas por no reunir los requisitos han entutelado al certamen, pues alegan que vulneran sus derechos.
Los últimos escándalos del certamen han corrido por cuenta de las estrictas medidas de las directivas del Concurso Nacional de Belleza, que ha descalificado a candidatas, antes de viajar a Cartagena, por cuestionadas normas, como posar en ropa interior.