Histórico

Eso se puede

15 de junio de 2010

Un país sin patrañas ni marrullas, donde los actos de gobierno guarden la claridad de las cuentas diarias de una familia pobre. Donde no haya que sospechar de cada héroe ni preguntarse por las terceras intenciones de cada subsidio. Eso se puede.

Un país donde valga la pena vivir, pasear, bailar, estudiar, hacer música no comercial. Un lugar para caminar saludando a quienes se acerquen. Con calles que no sean la exhibición del destierro. Eso se puede.

Una patria vestida de varios colores y no únicamente del gris camuflado. En la que las noticias dejen de ser un obituario y los decretos un atraco. Con aeropuertos que no parezcan la entrada a una cárcel, con buses en los que canten por nada los millares de aspirantes a artistas. Eso se puede.

Un país con jóvenes sin pulsión de muerte, cuyos horizontes no sean salir corriendo a latitudes frías o aniquilarse en las noches de trago, drogas y reyertas. Con muchachos que quieran casarse, tener hijos, proyectarse a muchas décadas. Eso se puede.

Una nación de cuatro en conducta, y no de dos. Donde sea enaltecida la honradez, donde disponga la inteligencia y no la astucia, donde el que más grite sienta vergüenza de perturbar la armonía general. Eso se puede.

Un sencillo lugar para poder vivir y no para sobrevivir de milagro. Donde dé gusto pagar impuestos porque afuera de la casa se prolonga la limpieza, el bello espacio de todos, los edificios comunes con salones para todas las artes. Eso se puede.

Una Colombia donde quepan todos los colombianos, así en el pasado se hayan visto obligados a las fechorías. Donde cada cual pague sus deudas, sus muertos y sus robos, porque la historia merece una justicia para acunar la convivencia. Un país sin habitantes demasiado ricos ni solemnemente pobres, para que los hijos de unos se puedan entender con las hijas de otros. Eso se puede.

Una sociedad guiada por libros y no por pantallas, porque las pantallas son muy nuevas mientras que en los libros hablan quienes han dejado testimonio sobre el misterio que es vivir. Un país educado, para que muchos gocen con las más altas emociones del espíritu. Eso se puede.

Una nación donde no dé susto la muerte, porque la muerte sea una vida diferente y no un sacrificio acribillado. Un país que celebre sus pájaros y flores, sus aguas y páramos, sus climas y cielos. Un país paloma, como su nombre pide. Eso se puede.