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Exportar a Brasil, un buen negocio, pero paciencia...

Antioquia tiene oferta exportable apta para conquistar la sexta economía del mundo, aunque es necesario seguir consejos.

04 de junio de 2013

Pasabocas tipo snacks de plátano maduro o verde, frutas frescas tropicales como uchuva y granadilla, flores exóticas, cosméticos, ropa de cama y dotación hotelera, envases de vidrio y mobiliario para hogar y oficina, fibras textiles, desarrollo de software... y la lista sigue.

Estos son algunos de los productos "made in Antioquia" que pueden tener potencial exportador para Brasil, según ha identificado Proexport en ese mercado de 200 millones de habitantes con amplias oportunidades pero también con dificultades.

Abrirse espacio en el país vecino país es un trabajo de cerrajero: se requiere paciencia, tiempo, previsión, pero detrás de la puerta se esconde una creciente demanda.

Esto se explica por el surgimiento de una clase media consumidora de bienes y servicios de valor agregado que para 2014 se espera sea el 60 por ciento de la población con unos ingresos familiares superiores a los 850 dólares al mes.

Así lo destacó Proexport en el seminario Cómo hacer negocios con Brasil, realizado ayer en el hotel Diez Categoría Colombia, en alianza con la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia y el apoyo de El Colombiano.

Ahora bien, también Brasil se ha hecho un nombre como país proteccionista y con costosos aranceles, de regulación y requerimientos técnicos para la entrada de productos y servicios.

Incluso, resulta ser más competitivo venderle a Brasil que producir directamente en ese país. Todo por cuenta de las deficiencias aduaneras, de infraestructura vial, la burocracia oficial que deben atender las empresas y los altos costos de mano de obra que lo hacen "caro para la producción de bienes de consumo", como señala la presentación hecha por Proexport.

"Brasil es un país muy cerrado a las importaciones, con un arancel medio de 20 por ciento sobre precio de producto, pero Colombia tiene grandes ventajas por las preferencias que tienen varios productos colombianos como los petroquímicos", comenta Carlos Alberto de Oliveira, directivo de Daimex, comercializador de varios productos colombianos en el Norte y Nordeste brasileños.

A eso agrega que el costo del flete de un contenedor desde Cartagena hasta el puerto de Suape (Recife) es tres veces más barato y tarda una semana, que transportarlo desde Sao Paulo (3.000 kilómetros al sur) al mismo destino en casi igual tiempo. Pero las ventajas no omiten la necesidad de los empresarios colombianos de saber hacer negocios con sus pares brasileños.

"Incluso más importante que vender en Brasil, es conocer la reglamentación y requerimientos técnicos, así como el tiempo de trámite que puede ser meses para cosméticos, pero tardar hasta años para medicamentos y dispositivos médicos", advierte Roberto Latini, consultor en regulación sanitaria y procedimientos de aduana e inspección.

De ahí que Proexport recomienda a los empresarios que tengan a Brasil en su radar no temer ante los trámites requeridos, porque después las ventas exitosas retribuirán el tiempo invertido en trámites y cumplimiento de normas.

En esas condiciones, hoy Colombia tiene una balanza comercial deficitaria con Brasil que está en niveles anuales de 2.800 millones de dólares frente a 1.200 millones. Este desequilibrio se explica por la alta importación de azúcar, aceros, vehículos, autopartes y maquinaria, mientras desde Colombia vende, principalmente, carbón, petroquímicos, plásticos, aceite de palma y desechos de cobre.

Hay otra base exportadora por llevar al gigante suramericano, pero es clave la asesoría de un agente comercial local (trader ) y comenzar a aprender un idioma en que también se hacen buenos negocios, pero con paciencia.