Histórico

Fantasma del terrorismo revive en sedes diplomáticas

El Departamento de Estado también ordenó el cierre mañana de sus embajadas en algunos países de Oriente Medio. Las embajadas británicas también se blindarán.

02 de agosto de 2013

El Gobierno de Estados Unidos emitió ayer una alerta mundial que, pese a su carácter preventivo, revivió el fantasma del terrorismo en sus sedes diplomáticas en Oriente Medio.

Se trata de una alerta de viaje para los ciudadanos estadounidenses debido a la posibilidad de ataques de Al Qaeda en la zona del Magreb y el Norte de África. Horas antes, el Gobierno de E.U. había instruido a varias de sus embajadas, la mayoría en países musulmanes, a permanecer cerradas mañana.

Entre las embajadas y consulados afectados por ese cierre están los de Argelia, Yemen, Arabia Saudí, Bangladesh, Kuwait, Israel, Turquía, Egipto, Afganistán, Irak y Libia.

La información sugiere que Al Qaeda y organizaciones afiliadas siguen planeando ataques terroristas, y que los esfuerzos para llevarlos a cabo podrían centrarse en el periodo entre ahora y el 31 de agosto, fecha en la que vence la alerta.

Fuentes oficiales hicieron énfasis en que inteligencia estadounidense tiene información de que Al Qaeda en Yemen estaría "en las últimas etapas" de la planificación de un ataque no especificado.

El Departamento de Estado recordó a los ciudadanos estadounidenses "la posibilidad de que los terroristas ataquen los sistemas de transporte público y otras infraestructuras turísticas", al destacar que ya ha habido atentados en "sistemas ferroviarios" y "servicios de aviación".

Las embajadas británicas en Oriente Medio también reforzaron su vigilancia como precaución, tras la alerta mundial E.U.

Antecedente en Bengasi
El año pasado el Departamento de Estado emitió una alerta similar sobre la posibilidad de violencia contra las instalaciones diplomáticas de E.U. en el mundo musulmán, en coincidencia con el aniversario de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.

En ese aniversario, el 11 de septiembre de 2012, fue atacado el consulado de E.U. en Bengasi, Libia, y murieron cuatro personas, entre ellas el embajador de Washington en ese país, Chris Stevens.

El presidente Barack Obama dijo en un principio que ese ataque se debió a protestas espontáneas en rechazo a un vídeo antimusulmán, pero luego lo atribuyó a militantes vinculados a Al Qaeda.

Una investigación independiente concluyó que hubo fallos de seguridad estructurales y deficiencias en la respuesta a ese ataque y Obama se comprometió a mejorar la protección de las instalaciones diplomáticas en todo el mundo, así como a aumentar las capacidades de alerta e inteligencia.