Histórico

Fuerte revés en las urnas para los esposos Kirchner

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28 de junio de 2009

El oficialismo argentino, encabezado por el matrimonio de gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, perdió ayer el control del Congreso luego de una sorpresiva derrota en la provincia de Buenos Aires donde el empresario Francisco De Narváez, nacido en Colombia hace 55 años, venció al ex presidente Kirchner.

A la derrota del Frente para la Victoria (FPV), en el principal distrito electoral del país, se sumaban (hasta el cierre de esta edición) resultados adversos en centros clave como la ciudad de Buenos Aires y las provincias de Córdoba y Santa Fe.

Escrutadas el 50 por ciento del total de las mesas de votación de la provincia de Buenos Aires, Francisco De Narváez, obtenía el 35,1 por ciento de los sufragios seguido por Néstor Kirchner con el 31,9 por ciento.

Además, de la provincia de Buenos Aires, el oficialismo perdió en grandes en ciudades como Córdoba, Rosario e incluso en la provincia de Santa Cruz, donde la pareja Kirchner hizo su fortín político.

"Seremos constructivos. Es un momento de unir y no de dividir. Hoy derrotamos a la vieja y a la mala política", dijo un sereno De Narváez, sobre las 12 de la noche de ayer cuando pronunció su discurso en el búnker de su partido Unión-Pro en donde también agradeció a Mauricio Macri por haberlo impulsado a meterse en la política.

Si continúa esta tendencia, que se mantenía a la medianoche de ayer, la pareja presidencial sufriría una derrota que complicaría la gobernabilidad en los años venideros.

"Con estos datos, el oficialismo pierde el control de la Cámara de Diputados y también la mayoría en el Senado", dijo Rosendo Fraga, analista político a diferentes medios argentinos e internacionales.

En estas elecciones, Argentina renovará la mitad de las 257 bancas de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, de 72 escaños.

Según analistas políticos, los primeros resultados revelan que el oficialismo pierde unas 16 bancas en la Cámara.

Una votación en desconfianza
La votación de ayer en Argentina para elegir un nuevo Congreso estuvo marcada por el frío, la desconfianza y el temor de contraer la gripa A.

En la Capital Federal, los puestos de votación empezaron a verse colmados apenas después del mediodía debido a que el frío, a las ocho de la mañana era de 5 grados.

"Así no dan muchas ganas de votar. Pero igual toca cumplir con el deber. Ahora que estamos en democracia se quejan de todo, pero en la dictadura no podíamos ni salir a la calle. Quién entiende a los argentinos", dijo María Laura Sánchez, jubilada que votó en el centro de la ciudad.

En las mesas de votación fue común ver a los jurados y a muchos votantes con tapabocas y la organización electoral distribuyó alcohol en gel para prevenir contagios de la gripe A, que en el país ya causó 26 muertes.

La principal disputa política estuvo centrada en la provincia de Buenos Aires (no confundir con Buenos Aires, Capital Federal), en donde Kirchner y De Narváez.

Y es en esta provincia, debido al potencial votante (más de 10 millones de personas) y la falta de controles en los puestos de votación, donde se hicieron sentir las voces más suspicaces en torno a posibles fraudes.

Más allá de las dudas, algunos ciudadanos, como el taxista José Martínez, se mostraron a favor de que Kirchner fuera derrotado por De Narváez y de que el oficialismo perdiera la mayoría en el Congreso.

Con opiniones encontradas, Argentina eligió ayer su Congreso, en unas elecciones que marcarán el ritmo político para los dos años que le quedan a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al frente del país.