Histórico

Honduras: como el cangrejo

25 de septiembre de 2009

Desde la embajada de Brasil en Tegucigalpa, en donde se refugia desde el lunes, Manuel Zelaya denunció ayer que los militares están lanzando gases tóxicos y dispositivos que emiten sonidos ensordecedores para amedrentarlo, lo que le causó irritación en los ojos, dolor de garganta y malestar estomacal.

El gobierno de Roberto Micheletti alegó que era "totalmente falso" que estuvieran empleando este mecanismo de intimidación al interior de la sede diplomática, en donde más de 60 personas acompañan a Zelaya, entre ellos simpatizantes, periodistas y diplomáticos brasileños.

Zelaya dijo al canal 36: "mucha gente aquí y yo, estamos con sangrado nasal, mareos, dolores de cabeza y de oído, malestares estomacales y pérdida del equilibrio (...) nos están matando y lo hacen adrede".

Para Luis Guillermo Patiño, analista político de la UPB, el mandatario depuesto está creando un ambiente de confusión para que la comunidad internacional interceda y presione al Gobierno interino para que se de un acercamiento y una salida negociada a la crisis.

Patiño recalcó, además, que de no darse pronto esta negociación la situación podría empeorar, "porque podría darse una confrontación civil entre los propios hondureños que llevará a un derramamiento de sangre y una guerra civil".

Afuera de la embajada, miles de simpatizantes de Zelaya exigieron ayer su restitución, mientras el Mandatario derrocado el 28 de junio le pidió a todos sus partidarios unirse a la causa y viajar a la capital para presionar al Gobierno de facto.

"La presencia de Zelaya no ha producido problemas, lo que sí lo ha hecho es que desde allá (la embajada) esté llamando a la insurrección y al conflicto, lo que implica violentar algunas normativas internacionales", aseguró a este diario Germán Leitzelar, ex ministro de trabajo y analista político hondureño.

Buscando una solución
Tras haber sido convocada por Brasil a una reunión extraordinaria, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas emitió ayer un comunicado en el que pidió al Gobierno interino respetar la inviolabilidad de la sede diplomática brasileña.

Susan Rice, embajadora de Estados Unidos ante la ONU, dijo que "el Consejo de Seguridad condena los actos de intimidación contra la embajada brasileña y pide al gobierno de facto de Honduras que deje de hostigar a la embajada y que ofrezca todos los servicios necesarios, como agua corriente, electricidad, comida y el restablecimiento de las comunicaciones".

El jueves, cuatro candidatos presidenciales a las elecciones del 29 de noviembre, se reunieron primero con Micheletti y luego con Zelaya para mediar en la crisis y apoyar el Acuerdo de San José, que contempla la restitución de Zelaya, una amnistía política y un gobierno de reconciliación.

Óscar Arias, presidente de Costa Rica e impulsor del Acuerdo de San José, dijo ayer que no veía avances en la negociación y que entre sus planes no estaba viajar a Honduras. Además, dijo que el trabajo previo debía hacerlo la comisión de cancilleres de la OEA, que aún no llega al país.