Histórico

Inspector lanzó libro en el que acusa a los McCann por la muerte de Madeleine

24 de julio de 2008

Gonçalo Amaral, el inspector luso cesado cuando investigaba la desaparición de Madeleine McCann, presentó este jueves como un héroe, rodeado de admiradores e incondicionales, el libro que acusa a los padres la niña de simular su rapto y ocultar el cadáver.

Amaral, que se jubiló anticipadamente a los 48 años tras ser relevado del caso en octubre pasado, no se mostró preocupado por la posibilidad de que le demanden por el contenido del libro, que consideró una reivindicación de su nombre y del trabajo de su equipo pero también un homenaje a Madeleine, "la víctima".

"Vivo en un Estado soberano donde hay libertad de expresión y el 25 de abril pasó hace mucho tiempo", dijo Amaral aludiendo a la Revolución de los Claveles que acabó con la dictadura portuguesa en 1974.

Con todo, en medio de un tumulto de cámaras, admiradores con carteles que le felicitaban a gritos y curiosos en busca de autógrafos, el ex inspector optó por no comentar una posible demanda de los padres de la niña británica, Kate y Gerry McCann, a los que expresó además sus condolencias por la pérdida de una hija.

Detalles reveladores
El ex inspector reiteró la tesis del libro que considera probado por los investigadores que Madeleine murió la noche del 3 de mayo de 2007 en el apartamento de la costa portuguesa donde estaba de vacaciones con sus padres y aseguró que su publicación pretende "contribuir a la investigación y a que prevalezca la verdad".

La obra, "Maddie la verdad de la mentira", detalla en 216 páginas numerosos detalles de la investigación policial y recoge sospechas y hechos comprometedores para los McCann, que fueron exculpados de su condición de sospechosos cuando la Fiscalía portuguesa decidió el pasado lunes archivar el caso por falta de pruebas.

El texto concluye que Madeleine pudo morir "como resultado de un trágico accidente", que "hubo una simulación de rapto" y que los padres "son sospechosos de participar en la ocultación del cadáver de su hija".

Amaral negó que en su obra haya un propósito de venganza aunque reconoció que desea limpiar su nombre y el de su equipo tras haber sido vilipendiados, sobre todo por la prensa británica.

Sudoroso bajo los focos de las cámaras de televisión el ex policía criticó que el caso haya sido archivado cuando considera probado por los equipos policiales de Portugal y el Reino Unido la muerte de la niña y las sospechas que recaen sobre los padres.

Las hipótesis sobre la muerte
En el libro, Amaral revela presiones diplomáticas y políticas del Reino Unido y se queja de falta de colaboración de sus autoridades e incluso de los laboratorios de Birmingham que analizaron restos de ADN hallados en ropas, objetos y un automóvil alquilado por los padres después de la desaparición de Madeleine.

Unos perros especialmente entrenados en Gran Bretaña detectaron también olor a cadáver en esas pertenencias, en lo que constituyen para Amaral las pruebas más irrefutables de lo sucedido.

El ex inspector también cuestiona en su obra los testimonios de los amigos que acompañaban a los McCann en sus vacaciones en el Algarve y sugiere que conspiraron con algunos de ellos para simular el rapto y ocultar el cuerpo.

Desde que la Fiscalía ordenó el archivo del caso Amaral ha acusado ya varias veces públicamente a los padres, que siempre defendieron su inocencia.

En una entrevista aparecida este jueves en la prensa de Lisboa expresó su convencimiento de que el cadáver de la niña fue probablemente congelado y escondido por los padres, quienes semanas después lo transportaron en el vehículo donde fueron detectados los rastros.

La tesis del rapto de la niña es para el ex inspector un montaje basado sobre todo en testimonios falsos de Kate McCann y de su amiga, Jane Tanner, la mujer que involucró al tercer sospechoso del caso, el británico vecino de la zona Robert Murat, liberado ya también de cargos por la justicia portuguesa.

Amaral expresó su esperanza de que el caso Madeleine, que dio la vuelta al mundo con la campaña internacional organizada por sus padres para buscarla, sea reabierto algún día y se haga justicia a la muerte de la niña.