Histórico

Indultemos a Chávez

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06 de junio de 2008

Venezuela es el país de América Latina que más gasto militar presenta. Informa el periódico El Tiempo (junio 1), que entre 2005 y 2007 dicho gasto ascendió a 4.400 millones de dólares. En 2008 parece que la compra de armas seguirá aumentando y tendrá la flota de submarinos más grande del continente. Se especula que en los próximos 4 años tendría una inversión superior a los 30.000 millones de dólares en armamento.

Es indiscutible que la prioridad de los distintos países es el desarrollo de sus intereses económicos. A Rusia le importa muy poco cuál es el fin que tienen las armas que le suministra a Venezuela, bien sea si éstas se dirigen a las Farc o si se destinan para prender el continente suramericano. Si un país como España, a quien se supone le interesamos algo, iba a alimentar el arsenal chavista de no ser por la intervención norteamericana, ¿qué podemos esperar de otros Estados para los que ni siquiera existimos?

Ese mismo desinterés en la destinación del armamentismo venezolano es similar al que muestra la comunidad internacional sobre la tragedia colombiana. A esa situación de indiferencia e incomprensión habrá que sumarle la continuidad de Chávez en el poder, por lo que tendremos que seguir soportándolo. Es un gobernante peligroso, impulsivo y traicionero. Seguirá armándose, continuará hostigándonos y buscará consolidar su sueño bolivariano con esa maravilla de socios.

Por su parte, el mayor interés de la sociedad colombiana es arrinconar aún más a las Farc, para que depongan las armas y luego se sometan a una ley de justicia y paz, no tan benévola como la vigente para los paramilitares, según reiterativos señalamientos de los nuevos adalides de los derechos humanos, de quienes entre otras cosas se espera la misma actitud para cuando miembros de otros grupos criminales estén en procesos de desmovilización.

Por tanto, necesitaremos la misma dosis que se maneja en el plano internacional de pragmatismo y de cinismo. Nos tocará suprimir los escrúpulos para perfeccionar un pacto con el gobierno venezolano, en busca del compromiso de liquidar esa sociedad perversa con las Farc, la cual necesariamente tendrá que ser verificada por fuerzas internacionales. Dudoso, pero es una opción, quizá una mejor opción que seguir dejando las cosas como van, sin decisión alguna; sin saber qué se hará con las pruebas que van surgiendo del computador de Reyes. Es extremadamente difícil que la OEA sea capaz de llegar a algún lado con esa información. Incierto también es el resultado que una eventual denuncia tenga en el interior del Consejo de Seguridad de la ONU.

Tal como lo expresó Jaime Jaramillo Panesso al conocerse la muerte de Marulanda, como verdadero jefe político de esa organización quedó Hugo Chávez, por lo que éste es el enemigo a derrotar y ante su calidad de jefe de Estado será tarea difícil, máxime cuando tenemos una cancillería timorata y negligente. Nos veremos obligados a realizar un esfuerzo descomunal, olvidar los graves y peligrosos males que nos ha propinado el vecino venezolano y proceder a cambio del pacto, otorgarle un indulto con el compromiso, además, de no repetición de sus acciones y de no denunciarlo ante ninguna instancia internacional. Y de encima, le prometemos que también le indultamos a su ministro Rodríguez Chacín.

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Una de las ventajas de que Marulanda no hubiera querido pactar la paz bajo el gobierno Pastrana, en ese entonces impulsado por una sociedad arrinconada e histérica, fue que murió derrotado en lo más profundo de la selva y no como presidente del Senado o tal vez de canciller o embajador en Venezuela.