INNOVANDO EN LA COMPLEJIDAD ( II )
El 2014 ha sido un año muy particular en comportamiento climático, por lo general cuando se anunciaba la llegada del invierno se prolongaba el verano y, en el segundo semestre, se habló de la entrada del verano y el invierno no ha parado. La realidad es que los seres humanos nos hemos encargado de degradar este planeta, hasta el punto que la lógica de los ecosistemas está cambiando y su comportamiento no es predecible. Cuando era un niño, escuchaba durante los primeros días de enero, cómo los mayores hablaban de la llegada de las cabañuelas, las cuales determinaban supuestamente el comportamiento del clima durante todo el año. Hoy día, con las cabañuelas no acierta ninguno.
La población mundial viene creciendo rápidamente. De 3.000 millones de habitantes en el año 1960 pasaremos a alrededor de 8.000 millones antes del 2050, mientras que en el año 1960 teníamos más de 4.000 metros cuadrados de tierra arable por persona, según la FAO, se espera que en el 2050 tengamos menos de 2.000 metros cuadrados y a esto habría que sumarle que la demanda de riegos agrícolas viene en crecimiento sostenido justo en un momento donde escasea el agua en muchas zonas del planeta.
Frente a este panorama tan oscuro: crece la población, escasean el agua y la tierra, es evidente que la sostenibilidad del planeta está en riesgo. Sin embargo, siempre hay una luz y esta la encontré en la Universidad de Antioquia, se llama Lucía Atehortúa, es bióloga con énfasis en ciencias naturales de la U. de A., Phd en filosofía con énfasis en ciencias biológicas y es la actual directora del Centro de Investigación de Ciencias Naturales y Ciencias Exactas de la misma universidad. Sus trabajos se centran en biodiversidad, biotecnológica y bioindustria. La doctora Lucía tiene 3 patentes de invención concedidas y 7 en proceso. Sus investigaciones han tenido un gran avance en reproducción celular de alimentos. La idea es tener como alternativa a la agricultura tradicional, la Bioagricultura urbana, que ayudaría a consolidar una nueva bioeconomía, ya que se reproducirían, celularmente en el laboratorio, cacao, naranja y otros alimentos sin usar tierra, sin plagas, libre de agroquímicos, sin depender de las estaciones y el clima y contribuyendo a la biodiversidad, a la conservación del agua y el suelo.
Después de muchos años de complejas investigaciones, el grupo de la doctora Lucía está viendo luz al final del túnel con sus investigaciones, aumentando las probabilidades de convertirlas en innovaciones que llegarán al mercado. Esta es la Medellín que pocos conocen y que día a día con sus investigaciones y personajes va por el mundo ratificando por qué ganamos el premio a la más innovadora del mundo en el 2013. Este es otro caso complejo de investigación que también es Medellinnovation.