Inspirado en Brasil, León Darío construye futuro
AUNQUE TENÍA CUERDA para jugar, a sus 34 años este exdelantero paisa que militó 8 años en Colombia y 7 en Brasil, dejó el fútbol para convertirse en lo que nadie esperaba: empresario de la construcción. Sus proyectos llevan nombres de estadios y ciudades brasileñas.
El Pacaembú, el Morumbí y el Parque Antártica ahora tienen sede en el barrio La Floresta. Y Belo Horizonte quedará en Calasanz.
León Darío Muñoz, quien militó durante siete años en el fútbol brasileño (Palmeiras, Goiás, Curitiba y Paulista) "bautizó" así proyectos de vivienda de su empresa, Construcciones Brasil.
De esta manera el exjugador rinde tributo al país que le abrió las puertas y lo acogió. Dice que le gustaría hacer lo mismo en homenaje a su amado Atlético Nacional, pero aún no encuentra la fórmula de los nombres.
La vida de León Darío, a sus 34 años de edad, transcurre ahora entre planos, excavaciones, acabados, fachadas y obreros, una labor que en calidad de gerente y propietario disfruta, porque "puedo ayudarles a los demás".
Todavía con edad para jugar, Muñoz entendió que había llegado el momento de decirle adiós al fútbol competitivo y enrutarse por el camino que proyectó, luego de 15 años de carrera.
Y es que él, a diferencia de muchos de sus colegas que en medio del reconocimiento y la fama se obnubilan, forjó su futuro como el mejor de los estrategas. Hace siete años y con el respaldo de su papá (Darío), pensionado como inspector de obras, le dio vida a su empresa.
Él, mientras tanto, y por internet, empezó a explorar y capacitarse en el tema. Muchas horas de concentración con sus equipos las empleó para aprender, y cuenta orgulloso que se volvió un experto en diseño de exteriores, distribución de apartamentos y otros aspectos de marketing y administración. Un todero como lo requiere el gremio de la construcción.
Relata que muchas veces les regalaba libros sobre inversiones a sus compañeros, pero algunos ni los miraban, "se preocupaban por otras cosas". El tiempo le dio la razón y hoy en día algunos jugadores que militan en el exterior, como David Ospina y Camilo Zúñiga, lo han buscado para que los asesore. Otros más, incluidos entrenadores, lo llaman cuando quieren remodelar o construir su casa o apartamento.
León Darío confiesa que lo aburrió el fútbol por los incumplimientos laborales, como le sucedió en Millonarios y Pereira, y por la ingratitud de los dirigentes, como lo sintió en Nacional.
¿El tributo a Brasil tiene un significado especial?
"Sí, porque ese país me abrió las puertas, me dio mucho y estoy agradecido. Allí hice mi patrimonio para trabajar".
¿Por qué se retiró tan temprano del fútbol?
"El balompié en Colombia está muy nivelado, hay muchachos con mucho talento, con el deseo de tener una vida estable y mejor, y debemos abrirles espacios. Creo que era el momento de dar un paso al costado. Tenía la posibilidad de ir a otros equipos, pero opté por cuidar mi negocio, mis cosas, estar al tanto de esto. Estar en dos empresas al tiempo tampoco es lo ideal".
¿Qué otras circunstancias lo aburrieron?
"Tuve dificultades con Millonarios, pero después de un tiempo me pagó. El Pereira me está adeudando parte del contrato del año pasado, esas son cosas que también desaniman. El fútbol colombiano debería recapacitar en eso. A veces uno trabaja mucho y los clubes no lo retribuyen".
¿Encontró lo que quería en su regreso a Nacional?
"Esa institución cambió demasiado en sus prioridades, expectativas y anhelos. Antes pensaba mucho en la afición, hoy en día lo hace más en promocionar jugadores, en el patrimonio. Podés ver que no hay jugadores representativos y con historia, la mayoría pasa un año y se va, ya no existen los que se quedaban 10 años en el club y la gente los recordaba: Alexis, Perea, Higuita, Leonel... A mí también me tocó una época bonita que ya no se ve".
¿Cómo ve el proceso actual del equipo verde?
"Con futuro, pero me parece que tiene mucha juventud y usted necesita una cuota de experiencia. Tiene recorrido en el cuerpo técnico, pero en la cancha le faltan jugadores que hayan ganado títulos para combinar. Ya sucedió en el pasado, llega a las finales y no ganan. La última corona fue en el 2007, en el torneo en que yo participé".
¿Usted se fue bien de Atlético Nacional?
"Realmente hubiera querido irme mejor, tranquilo, sabiendo que le generé tantos ingresos al club cuando vendieron mis derechos. Conseguí cinco títulos: dos colombianos, dos de Merconorte y una Interamericana. Eso lo deja triste a uno, porque quería irme mejor. Nacional no les ha dado la mejor salida a muchos futbolistas que le dieron triunfos. Pero es una decisión respetable de la parte directiva que, en mi concepto, debería tener más gente del fútbol".
¿Pero usted sigue en el fútbol?
"Simplemente me llama gente de afuera. Yo hice muchos amigos en Brasil y en el exterior; me piden referencias y opiniones de jugadores. He referenciado a muchos, he ayudado a varios que se han ido y eso es gratificante".
¿Se convertirá en agente Fifa?
"Lo que hago es para ayudar a mis colegas, no para dedicarme a eso, no es mi prioridad. Me gustaría trabajar en la parte directiva del fútbol, porque lo jugué y sé de administración, pero tendría que capacitarme más. La asesoría deportiva también me gusta mucho, como mánager".
¿Qué le faltó hacer?
"Jugar una Copa América, un Mundial con la Selección de mayores".
¿Y lo peor?
"Nada. El fútbol es un medio difícil y complicado, pero hay que mirar la parte buena. Sólo tengo cosas bonitas para contar de este deporte que me permitió surgir, mejorar mis condiciones de vida y ayudarle a mucha gente".