JOHN F. KENNEDY FUE UN GRAN ESTADISTA
Muchos latinoamericanos no saben quién era el presidente de su propio país en 1963. Pero casi todos sabrán quién era el presidente de los Estados Unidos hace 50 años. El asesinato de John F. Kennedy, y su posterior conversión en mito político, han hecho que sea un personaje histórico de reconocimiento universal.
En este aniversario de su muerte, han sido muchos los juicios que sostienen que su leyenda se deriva de haber muerto de esa forma violenta, pero no por las realizaciones de su Gobierno. Eso es muy discutible. La impronta de JFK en el ejercicio político norteamericano, donde el valor de los símbolos y los gestos es tan importante como los hechos, es altamente positiva.
El temple que demostró en la "Crisis de los misiles", frente a la Unión Soviética, en octubre de 1962, ubica a Kennedy como uno de los grandes estadistas del siglo XX. O su decidida apuesta por la vigencia de los derechos civiles para todos. Solo un líder de gran talla podía aguantar ese nivel insoportable de presión, y haber decidido con cabeza fría para bien de toda la humanidad.
Su vida ha sido escarbada y detallada hasta en su más cerrada intimidad. Las razones de su muerte, sin embargo, siguen envueltas en el misterio, sin que nadie crea la versión oficial de la comisión que investigó el magnicidio. Buen material para conjeturas y novelas, pero un vacío enorme en la verdad histórica tan apreciada en la conciencia crítica de la primera democracia mundial.