Histórico

La guerra de los hongos

DOS ANIMALES DISTANTES, anfibio y mamífero, son víctimas de ataques que los están llevando a la extinción. No se sabe qué sucede y por ahora no hay manera de controlar este desajuste de la naturaleza.

30 de agosto de 2010

Mientras en la espesa selva centroamericana, la muerte recorre con celeridad la húmeda región, el otoño y el invierno que se anuncian en Norteamérica hacen temer lo peor.

Algo extraño les sucede a animales salvajes que gozaban de cabal salud.

En las dos regiones, los culpables pertenecen al mismo grupo: hongos.

Una onda vertiginosa de chytridiomycosis que avanza 30 kilómetros cada año es responsable de la extinción de cerca de 25 especies de ranas de 63 contadas en el Parque Nacional Omar Torrijos en El Copé (Panamá) entre 1998 y 2004.. Ninguna había resurgido a 2008.

Miles de kilómetros al norte, un pequeño y común murciélago hibernante ha caído por millones en las cavernas del nordeste de Estados Unidos, habiendo alcanzado la frontera con Canadá.

El síndrome de la nariz blanca, un hongo que se alimenta de áreas queratinosas en orejas, nariz y antebrazos, hace de las suyas. Una especie de la que hasta hace poco no se tenía noticia.

Los cálculos sugieren que en 16 años no quedará ni el 1 por ciento de esa población de mamíferos voladores.


El primer caso
La extinción de ranas y salamandras por el hongo chytrid se está incrementando en el mundo, de acuerdo con Sam Scheiner, director de la División de Biología Ambiental en la National Science Foundation de Estados Unidos.

La mortalidad se documentó gracias al trabajo de Karen Lip, bióloga de la Universidad de Maryland que estableció un programa en un sitio virgen en Panamá tras la extinción de la rana dorada en Costa Rica en los años 80.

"Resulta muy triste e irónico que estemos descubriendo nuevas especies casi con la misma velocidad con la que las estamos perdiendo", expresó Andrew Crawford, del Círculo Herpetológico de Panamá, hoy en la Universidad de Los Andes en Bogotá.

Los análisis con la técnica del barcoding permitió establecer que entre las desaparecidas estaban 11 especies de ranas desconocidas.


La muerte alada
Científicos encabezados por Winifred F. Frick reportaron en Science la desaparición de millones de murciélagos de los llamados pequeños myotis cafés, que eran una de las especies más conocidas en Norteamérica.

"Es una de las peores crisis de vida salvaje que hemos enfrentado", opinó el científico de la Universidad de California en Santa Cruz.

Los murciélagos prestan calificados servicios al medio ambiente, nutriéndose de insectos que de otra manera requerirían altas dosis de insecticidas para su control.

Este ejemplar come cada noche su peso en insectos.

Frick y sus coautores Jacob Pollock, Thomas Kunz y D. Scott Reynolds analizaron la población de murciélagos en 22 cavernas y otros sitios de hibernación en cinco estados.

Se encontró en ellos el síndrome de la nariz blanca, por el color que va tomando, asociada a un nuevo hongo que crece en los tejidos expuestos de los murciélagos. El hongo fue identificado como Geomyces destructans.

La pérdida de myotis va del 30 al 99 por ciento.

Hoy se encuentra en 115 cavernas.

En algunos casos, el hongo interrumpe la hibernación, haciéndolo despertar antes de tiempo, derivándose un comportamiento extraño que lo conduce a la muerte.

Estos murciélagos hibernan y despiertan al final de la primavera. Los machos dejan la caverna y las hembras forman colonias para criar sus hijos.

El mismo hongo ha atacado murciélagos en Europa, pero extrañamente no mueren.