Histórico

La hormiga zombie va hacia la muerte

ALGUNOS PARÁSITOS SON capaces de dominar el cuerpo invadido y dirigirlo para cumplir propósitos como ganar bienestar. Una historia basada en la realidad.

23 de agosto de 2010

Si existe algún hipnotizador de hormigas, debe conocer el truco muy bien. Pero como no deben existir, algo hace que algunas hormigas caminen hacia su muerte, como hipnotizadas, por las hojas de los árboles en la selva.

Al llegar a su destino, muerden ferozmente las venas grandes de las hojas y mueren así, asidas a lo que será su cámara funeraria. Pero al morir, algo insospechado comienza a aparecer: del cuerpo de la hormiga va creciendo una especie de bulbo que, al final, estalla reclamando la vida de más hormigas.

¿Qué extraño demonio se apodera de estos pequeños y laboriosos insectos? ¿Para qué?

Desde hace tiempo es sabido que existen parásitos que han desarrollado la habilidad de manipular a sus hospederos con el fin de llevar una vida menor y contar con el bienestar requerido para desarrollarse.

Se sabe desde hace varios años, que el Toxoplasma gondii ha llegado al cerebro de mamíferos como el ser humano, y ha incidido en cambios de comportamiento. Se cree que hasta un tercio de la humanidad lo lleva en su cerebro y ha sido víctima.

Uno de los ejemplos más impresionantes de manipulación es producido por el hongo Ophiocordyceps unilateralis. Este invade la hormiga y hace que suba a una hoja de un árbol donde muerde las venas fuertes y muere de este modo.

Con rapidez se desarrolla un bulbo desde la cabeza de la hormiga muerta, produciendo un cuerpo elipsoidal del que son liberadas las esporas del hongo para infectar otras hormigas y continuar con la danza de la muerte.

Uno de los casos más estudiados es el de una población de hormigas Camponotus leonardi en Tailandia. El hongo es específico de ellas en un 97 por ciento de los casos.

La manipulación de la obrera es muy precisa y efectiva. La hormiga invadida deja, como zombie, la colonia en los grandes árboles de esa selva tropical de alrededor de 20 metros de altura, para morder las hojas en una zona pequeña 25 centímetros encima del piso. Es tal el dominio del hongo que se han hallado 26 hormigas agarradas a las horas por metro cuadrado.

Es una conducta adaptativa del hongo, para encontrar un hospedero que le proporcione la humedad y temperatura óptima en el cuerpo inerte de la hormiga.

En una publicación en Biology letters, David P. Hughes, de Harvard University, Torsten Wappler de la Universidad de Bonn y Conrad Labandeira de Smithsonian Institute, reportaron el hallazgo de una hoja con todas las características de haber sido sometida a la mordida de la hormiga en los lagos subtropicales, en Messel, Alemania.

Hughes dijo que "esta hoja muestra claras señales de la bien documentada forma zombie-parásito, el hongo que infecta las hormigas y manipula su conducta".

Los estudios revelaron que data de hace 48 millones de años. Una asociación hongo-hormiga de vieja data y que para el hongo, entonces, ha sido muy benéfica.

Es la evidencia más antigua de esta asociación, según las palabras de Hughes.