Histórico

La mirada coqueta de mi prima

23 de enero de 2009

Condenados o mal vistos aún por la sociedad, los amores entre primos forman parte de la historia de la humanidad, desde antes de Isaac y Rebeca.

Trátese apenas de unas miradas cómplices, el desliz de manos inquietas en juegos preadolescentes o... mucho más. De primos y primas, hay de todo.

Hasta Charles Darwin, quien sentó las bases de la teoría de la evolución de las especies y de quien en febrero se conmemorarán los 200 años de nacimiento, era casado con prima, Emma Wedgwood. Y, quién lo creyera, aunque la descendencia fue numerosa, siempre pensó que sus hijos no gozaban de la misma salud de los demás.

¿Amores prohibidos? ¿Es sano este casamiento? El debate volvió. Los profesores Diane Paul y Hamish Spencer publicaron un comentario en la revista científica PloS Biology, en el que recuerdan que los últimos estudios no encuentran una diferencia porcentual significativa en el nacimiento de hijos con defectos en parejas de primos hermanos.

Aunque en Colombia los permite la ley, en 31 estados de Estados Unidos se prohíbe esta clase de unión, lo que para los expertos es una especie imperdonable de eugenesia, o mejoramiento dirigido de la raza. Tampoco los autorizan China ni las Coreas.

Dan Savage, columnista de distintos medios, sostiene que 20 por ciento de todos los matrimonios del mundo se da entre primos. En Europa fueron comunes entre la aristocracia, que los alentaba.

La última revisión de expertos, en 2002, encontró que los hijos de parejas de primos tienen un riesgo de defecto 1,7 a 2 por ciento más alto que los de las no emparentadas.

Paul y Spencer creen que es difícil generalizar el porcentaje, pues se deben considerar situaciones como el entorno, el número de uniones entre primos en un pueblo y la frecuencia de un gen defectuoso. Es decir, las poblaciones particulares en un ambiente específico.

El embarazo de mujeres mayores de 40 años tiene igual porcentaje de riesgo. En alguien con el mal de Huntington, el riesgo de transmitirlo a los hijos es del 50 por ciento. En estos casos nadie condena el matrimonio.

Para la ciencia, no existen razones para vetar los enlaces entre primos. Quizás el peor problema no tiene raíces científicas. Como dijera William Saletan, corresponsal de Slate.com, si el amor funciona, bien; si no, como no existen ex primos toca aguantarse toda la vida a un tío disgustado. Y no debe ser agradable.