Histórico

La sensibilidad propia de Eduardo Pizarro

04 de febrero de 2010

Cinco tiros que intentaron acabar con su vida y sus sueños. Aún recuerda al obrero y al recolector de basuras que lo auxiliaron para esquivar la muerte. Ahí, Eduardo Pizarro Leongómez supo que su vida cambiaba. Desde ese momento se convirtió en víctima, y por eso sabe del dolor y la satisfacción que genera trabajar por ellas.

Pizarro Leongómez es un sociólogo e investigador, involucrado toda la vida a la Academia, tanto que no suelta su cátedra en la Universidad Nacional por nada del mundo. "Es en el mediodía del jueves, algo que intento no aplazar por nada".

Pero la realidad de un país que le arrebató a dos hermanos, hizo que saliera de las aulas y pensara más en trabajar por una Colombia que sueña posible. Ahora es el director de la Comisión Nacional de Reconciliación y Reparación (CNRR).

"Ese atentado del 22 de diciembre de 1999 me dio una sensibilidad propia con el tema de las víctimas, me convirtió en una de ellas. Además tuve que exiliarme por dos años en Estados Unidos y supe el sufrimiento y el dolor de dejar lo que se quiere. Llega el momento en que no es suficiente reflexionar sobre los fenómenos, también hay que buscar soluciones", explica Eduardo, ganador de la mención de EL COLOMBIANO Ejemplar en la categoría de Solidaridad.

Es sociólogo de la Universidad de París, postgrado en Ciencia Política de los Andes, máster en Relaciones Internacionales del Instituto de Alto Estudios para el Desarrollo y diploma de Estudios Avanzados en Ciencia Política del Instituto de París.

Toda una vida académica que lo llevó, desde 2005, a ponerse al frente de la CNRR como su primer presidente, y con una labor clara: trabajar por las víctimas de la violencia. "Hasta hace muy poco, las víctimas eran invisibles en cualquier conflicto, existían en el dolor, pero desconocidos en el derecho. Mi aspiración es dejar los fundamentos de una reparación para que no haya un sufrimiento extendido para las víctimas", dice el catedrático, quien acepta que el dolor de escuchar a las víctimas contando su historia es tan fuerte como el recuerdo del atentado y el exilio.

Pizarro sabe que cada colombiano tiene una deuda que saldar con el país. "El conflicto ha dejado víctimas en muchas etapas históricas, y es una responsabilidad de todos repararlas. Yo solo hago lo que debemos hacer todos los ciudadanos para cerrar las heridas".

Para Pizarro, los premios de reconocimiento siempre eran un culto a la vanidad. "Pero al recibir esta mención me emocioné mucho. Todos los seres humanos requieren de un reconocimiento a su labor, te da una fuerza para continuar. No es un tributo a la vanidad, es la forma de agarrar fuerzas y continuar".