La utilidad de los frascos de cocina
El chef Oliver Ron los recicla, los desinfecta y los aprovecha para envasar tres exquisitas recetas.
F ue un proyecto estudiantil de uno de sus hijos el que le hizo caer en la cuenta el desperdicio que se daba en su casa, donde la cultura del reciclaje no había entrado.
Así fue como Oliver Ron, un israelí de nacimiento pero eterno enamorado de Colombia desde cuando conoció el país hace 15 años y al que regresó hace ocho años para formar su hogar, encontró una forma de contribuir con el medio ambiente.
Con tres hijos pequeños, notó que a medida que la familia crecía quedaban cada vez más tarros y envases de vidrio que tan pronto eran utilizados, se iban derecho a la basura.
Además, a la basura llegaban todos los desperdicios por igual, recuerda. "Lo primero que hicimos fue empezar a separar los residuos del hogar. Para ello conseguimos cuatro canecas", precisa Oliver.
"Reciclar es muy importante, no solo los objetos de vidrio sino también cartones y papeles. Es algo muy fácil y lo único que necesitas es decir sí. Después de una semana o diez días se vuelve un hábito normal", enfatiza Oliver.
Una vez que entró en la tendencia de separación, se puso a pensar que no era necesario botar los envases de vidrio y que, en cambio, podía darles un nuevo uso.
"Decidí comprar una máquina para desinfectarlos y darles un nuevo uso", recuerda este chef con estudios en Israel y Francia.
El tamaño de los envases no importa. Ahora Oliver y su esposa los utilizan para vender tres recetas hechas en casa, con productos de su huerta: chimichurri, humus y pimentones asados en los que el aceite de olivo es clave.
Para estimular el reciclaje entre los clientes, ofrece un descuento de 3.000 pesos en la siguiente compra, a quien lleve el frascon