Las infamias de la restauración
Aquella popular expresión que dice que “por hacer bonito hizo feo” encaja como un molde en la noticia de una obra de arte que desde hace dos días le está dando la vuelta al mundo.
La fallida restauración de una pintura del Ecce Homo, ubicada en la iglesia del Santuario de la Misericordia, en Zaragoza, España, ha puesto a hablar a la gente sobre aquellas embarradas épicas en obras de arte invaluables. Equivocaciones que, de buena fe pero por pura ignorancia, dan al traste con joyas pictóricas e incluso arquitectónicas.
Es tan compleja la tarea de restaurar una obra que Jean-Pierre Cuzin y Segolene Bergeon Langle, dos de los más respetados restauradores de Francia, decidieron abandonar la misión de recuperar la pintura de Santa Ana, la Virgen y El Niño, de Leonardo Da Vinci. Estos especialistas renunciaron a la tarea que se está planeando hace 17 años luego de que algunos sectores del arte cuestionaran la técnica usada por estos gurús porque, según ellos, el esfumado original en los rostros de la Virgen y el Niño estaban desapareciendo.
El tema cobra vigencia si se hace un repaso a algunas de las más dramáticas equivocaciones en esta disciplina. Por ejemplo, la de quien intervino, en 1996, la pintura de El Greco, El Caballero de la mano en el pecho. El restaurador decidió eliminar la firma del autor argumentando que tenía faltas de ortografía.
Algo similar ocurrió con la restauración ordenada por el primer Ministro italiano Silvio Berlusconi a las esculturas de Venus y Marte, de Miguel Angel. Berlusconi decidió que las extremidades superiores faltantes, en ambas obras, debían ser instaladas. El resultado abrió un debate intenso en los medios italianos.
Los frescos que Miguel Ángel realizó en la Capilla Sixtina también adquirieron una inusitada y cuestionada iluminación una vez fueron restaurados. La restauración que se realizó a finales del siglo XIX de varias obras de la serie Pinturas Negras, de Goya también fue objeto de debate. El restaurador de la época, decidió intervenir la mirada de Saturno, desdibujó los ojos desorbitados de este dios cuando devoraba a su hijo y lo puso a mirar al espectador. Así mismo, decidió eliminar dos aves que eran observadas por el perro en la pintura El perro semihundido.
La restauradora del Museo de Antioquia, María Adelaida Bohórquez, explica que las obras de arte en Colombia son muy vulnerables a las intervenciones mal realizadas, especialmente aquellas obras de arte religioso, que intentan ser restauradas por personas inexpertas, sin ninguna formación en la técnica y cuyo único talento es el de ser pintores aceptables.
Según esta restauradora, desde los materiales hasta la capacidad pictórica tienen que ver con el éxito de una restauración y, asegura, son muchos los casos de obras maestras que se han arruinado en el país por restauraciones mal hechas.