Las pequeñas grandes diferencias
Le pregunta un hombre a Dios: Dios, ¿por qué hiciste a las mujeres tan bellas? Dios le responde: Para que los hombres se enamoren de ellas. Y entonces ¿por qué las hiciste tan poco inteligentes? Para que ellas se enamoren de los hombres?
Las diferencias entre el hombre y la mujer "saltan a la vista". Lo bueno es que ellas no hacen a ninguno mejor que el otro. Simplemente, somos diferentes. Según múltiples investigaciones realizadas alrededor del mundo, se calcula que en el planeta hay 96 hombres por cada 100 mujeres.
El corazón y los pulmones de las mujeres son menores en un 25% a los de los hombres.
Los hombres requieren más comida que las mujeres para engordar.
La colitis es más frecuente en las mujeres que en los hombres.
El rendimiento deportivo de las mujeres es menor que el de los hombres debido a que ellas poseen el doble de grasa corporal, 24% contra 14%.
Las zonas motoras del cerebro son más activas fisiológicamente en los varones que en las damas.
Las mujeres poseen un cerebro más pequeño pero alcanzan los mismos niveles que el hombre en las pruebas de coeficiente intelectual.
Las mujeres leen con más facilidad el rostro de los demás y reconocen lo que otros sienten.
La hiperactividad es más frecuente en los niños que en las niñas.
Los hombres son más agresivos que las mujeres.
Se presenta el doble de casos de esquizofrenia en los hombres que en las mujeres.
Las mujeres reciben un mayor flujo de sangre en el cerebro (de 15 a 20%) y los casos de embolia son menos frecuentes en ellas.
Los trastornos de aprendizaje son más comunes en los hombres que en las mujeres.
Los lóbulos frontales, relacionados con la planeación y la orientación de metas, están más desarrollados en las mujeres.
Las mujeres pueden trabajar mejor con otras personas, en equipo.
Los hombres tienen más capacidad de resolver problemas inmediatos y graves.
Los hombres llevan con más facilidad el estrés.
Los hombres tienen menor conciencia de sus propios sentimientos.
Los hombres se aceptan más fácilmente a sí mismos.
Algunos teóricos afirman que todos los seres humanos poseemos un ingrediente masculino y uno femenino. Que en algunas situaciones uno de ellos prima sobre los otros. Claro que hay seres que no son ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario...
Lo cierto es que gracias a Dios somos deliciosamente diferentes, aunque existen madres con carrocería de padre y padres con carrocería de madres.
Además, las mujeres no se hicieron para entenderlas, sino para amarlas?
Y como decía Bob Hopes, no hay nada más delicioso que sentarse a ver televisión con la novia? cuando se ha ido la luz.