Latinoamérica avanza
Gracias al adecuado manejo y a sus evidentes avances económicos y sociales, América Latina se ha convertido, progresivamente, en un importante actor a nivel mundial. Esto ha permitido que, a pesar de las dificultades por las que atraviesan muchos países desarrollados, la región presenta destacables indicadores de crecimiento.
En vista del meritorio desempeño económico y social que durante los últimos años han tenido los países de América Latina, la CEPAL ha manifestado que la región está llamada a jugar un papel cada vez más importante en la economía mundial. Esto, junto a su creciente peso económico y político en el concierto de naciones y a su importante dotación de recursos naturales, hace claro que, como lo señalara hace unos meses el Presidente del BID, la presente década es determinante para América Latina.
La región cuenta con cerca de 570 millones de habitantes, presenta un crecimiento alto y sostenido -entre 2003 y 2008 creció a un ritmo anual del 5 por ciento-, sus exportaciones se han multiplicado por tres en lo corrido del siglo, alcanzando la importante cifra de 1,1 billones de dólares, y dispone de reservas internacionales por más de 700.000 millones de dólares. Adicionalmente, Latinoamérica se ha convertido en un muy importante receptor de inversión extranjera directa.
En materia social también se registran importantes avances. En particular, el desempleo viene cayendo hasta alcanzar niveles históricos: hoy en día se ubica en 6,8 por ciento. Igualmente, la pobreza ha disminuido permitiendo que, al momento, haya 51 millones de pobres menos respecto a los que se tenían a principios del siglo.
En la lista de logros debe destacarse el hecho de que Brasil, al desplazar al Reino Unido, ocupe el sexto lugar entre las economías más grandes del mundo y se estima que, de seguir las cosas como van, antes de 2015 superará a Francia y se ubicará en el quinto puesto.
Según un estudio de la CEPAL y la OCDE, la creciente demanda externa de bienes básicos proveniente de economías emergentes, el consecuente aumento en el precio de dichos bienes, la fuerte demanda interna y una adecuada gestión macroeconómica les han permitido a las economías latinoamericanas alcanzar su destacable desempeño, el cual contrasta favorablemente con el que exhibe un gran número de países desarrollados, especialmente los europeos.
Las mayores exportaciones de bienes básicos han llevado a que muchos países de la región, como Brasil, Chile y Perú, aumenten, de manera importante, sus vínculos con China, convirtiéndose este hecho en una fortaleza para soportar las dificultades que desde 2008 afligen a la economía mundial. Sin embargo, la mayor dependencia del comercio de bienes básicos y de sus altos precios constituye, para algunos analistas, una fragilidad de la región.
La CEPAL estima que, a pesar de las dificultades en el entorno internacional, en 2011, América Latina creció 4,3 por ciento, lo que implica un incremento del 3,2 por ciento en el PIB per cápita. Este crecimiento se dio en el marco de un ligero aumento de la inflación, el incremento de los salarios reales y la apreciación cambiaria de varias de las monedas.
Para 2012 se espera que la menor expansión de la economía mundial y la elevada incertidumbre y volatilidad en los mercados internacionales afecten el desempeño de la región, por lo que la CEPAL estima que su crecimiento estará alrededor del 3,7 por ciento. Esto demandará de los gobiernos un manejo macroeconómico prudente que proteja el crecimiento, cuide del empleo y evite un deterioro de las condiciones de vida.
En otras palabras, el gran reto de Latinoamérica es, a pesar de las dificultades externas, avanzar en sus logros, superar los problemas estructurales y hacer de la región un actor preponderante a nivel planetario.