Histórico

Lección de vida fue en 24 horas

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04 de septiembre de 2009

Su voz se oía entrecortada, pero hacía hasta lo imposible por contar su experiencia. Siete horas nadando, acababa de salir del agua y le faltaban 17 para cumplir el sueño: 24 horas seguidas en una piscina para demostrarle al mundo que la discapacidad sólo existe en la mente humana.

Desde hace tres años, Andrés Vinasco quería hacer la primera maratón acuática para ellos en el país. Y llegó la hora. Entre las mañanas de jueves y viernes, él y otros siete deportistas discapacitados les exhibieron su coraje a sus familias, amigos, curiosos, al mundo y, sobre todo, a ellos mismos.

Ante unas 200 personas, los ocho osados nadaron por relevos en la piscina Olímpica de la unidad deportiva Atanasio Girardot.

No los detuvo el sol ni la lluvia ni la noche ni el frío de la madrugada; no los detuvo nada. Siete hombres y una dama. Unos con cuadriplejia, otros con lesión medular y otros con amputaciones "nadaron perfectamente bien", según la entrenadora del grupo, Marleny Osorio.

El jueves comenzó con el chequeo médico. Todo perfecto. La empresa privada les donó alimentación, hidratación e indumentaria, los bomberos de Sabaneta proporcionaron los paramédicos y estaban listos los salvavidas y la ambulancia.

También estaban los jueces, prestos para registrar el récord, y otros discapacitados que acompañaron a sus amigos y los animaron desde otro carril de la piscina.

Y la hazaña se dio. Un día entero en el agua y ningún problema de salud para los titanes. Fuerza y resistencia con un objetivo que reveló Andrés: "pedir que no nos traten como aficionados, somos deportistas de alto rendimiento".