Histórico

Leucaena: una buena forrajera

22 de septiembre de 2009

La acacia forrajera es una especie útil para el ganadero, porque es perenne y a la vez una leguminosa.

Así lo expresaron Belsiario Roncallo y Jorge Silva en una de las publicaciones técnicas de Corpoica.

Las leguminosas aportan proteína al ganado y fijan nitrógeno en el suelo, haciendo más competitivos los sistemas ganaderos.

Otra ventaja: los cultivos perennes ofrecen forraje de menos costo en comparación con los de ciclo corto y la condición de arbustiva entrega atributos favorables para la asociación con gramíneas.

La leucaena, distribuida por toda la región tropical y subtropical del planeta, requiere de 22 a 30 grados de temperatura para un mejor crecimiento. Se adapta a regiones con precipitación de 500 a 3.000 milímetros al año, en suelos de buen drenaje, pH 5 a 8 y mediana a alta fertilidad.

Val del nivel del mar hasta los 1.800 metros sobre el nivel del mar aproximadamente.

Esta planta, según los expertos, se propaga por semilla, en siembra directa o con bolsas plásticas. Previo a la siembra definitiva debe tratarse el suelo donde quedará.

Se recomienda escarificar la semilla, por ejemplo introduciéndola en agua hirviendo de 2 a 3 minutos, para acelerar el proceso de germinación.

Tras ese procedimiento, se inocula la semilla a base de Rhizobium, 5 gramos por kilo de semilla. Para eso se usa agua de azúcar al 10 por ciento, o sea 10 gramos de azúcar por 100 centímetros cúbicos de agua, para adherir el inóculo.

La semilla no se puede introducir a más de tres centímetros de la superficie, para que germine bien. Como crece con lentitud al comienzo se recomienda control de malezas.